Los “judenräte” venezolanos
En una lúcida e inteligente crónica publicada por Rafael Luciani en El Universal del 13/4/2014, “La pasión de Jesús”, el articulista explica la relevancia de “comprender el hecho histórico y su sentido teológico… como un acontecimiento que revela una realidad trágica y que nos debe poner a pensar hasta dónde somos capaces de llegar si nos dejamos convertir en verdugos, seducidos por el poder y el dinero”. Léase bien: «verdugos, seducidos por el poder y el dinero».
Simultáneamente, recibí por correo otro artículo, anónimo (lo leí porque las dos personas que lo reenviaron son inteligentes y respetables) pero luego lo encontré en Twitter circulado por @Artista_MarthaD, no sé si ella es la autora, pero en todo caso “analiza” los Consejos Judíos durante la época de los nazi y concluye entre otras cosas, lo que “ya en algún momento había dicho: Capriles es un judenrat”. También la MUD y en general, quién no pertenezca a las simpatías políticas del autor (a).
Los “judenräte” son traidores a su pueblo ¡No puedo imaginarme qué tiene en la mente alguien que acusa a Henrique Capriles de ser “judenrat”! Primero, porque justamente por no ser «judenräte» sus antecesores maternos directos terminaron convertidos en columnas de humo en campos de concentración nazis. Pero no puede serlo principalmente por haber sido claro, valiente y consecuente en su pensamiento y acción.
Los «judenräte» eran traidores a su pueblo. Escogidos -bien escogidos- por los nazis (las ratas se reconocen unas a otras y se juntan) formaban parte de los Consejos Judíos. Aunque parezca increíble, estas personas, entre quienes había rabinos y notables, eran quienes censaban a los pobladores de los ghettos, los despojaban e inventariaban sus pertenencias que luego entregaban a los administradores alemanes y elaboraban las listas de quienes se deportarían a los campos de concentración y luego a los de exterminio.
¿Sentido de la supervivencia? Dicen que es el más fuerte de los instintos, sin embargo lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de discernir sobre cómo sobrevivimos. Quienes murieron en los campos de exterminio, sin duda, prefirieron morir a convertirse en cómplices. Por supuesto, no todos los que sobrevivieron eran «judenräte», y los «judenräte» que sobrevivieron fueron juzgados por el pueblo judío hasta con más rigor del que juzgaron a los nazis.
Uno de los personajes más conocidos de estos nefastos Consejos, fue sin duda Mordechai Chaim Rumkowski, jefe del ghetto de Lodz en Polonia. Los sobrevivientes lo describen como un reyezuelo (de hecho, se hacía llamar Chaim I). Se creía dueño de todo, cuando en realidad de lo único que podía jactarse de ser dueño era de su inhumanidad.
Yo les voy a dar unos ejemplitos de quiénes son los “judenräte” en Venezuela:
“Judenräte” son los militares que disparan contra su pueblo. “Judenräte” son los funcionarios que siempre están dispuestos a prestarse a un chanchullo.
“Judenräte” son quienes quieren imponernos una ideología a la fuerza. “Judenräte” son quienes entregaron en bandeja de plata nuestro país a los cubanos.
“Judenräte” son quienes hacen negocios con el gobierno y encima pretenden pasar como opositores. “Judenräte” son quienes aceptan en sus círculos sociales a corruptos ricos, a esos mismos a quienes jamás se hubieran volteado a mirar si hubieran sido pobres. También son para quienes el dinero lava todo.
“Judenräte” son quienes se aferran al poder como sea y a costa de lo que sea. “Judenräte” son quienes traicionan a los de su propio bando.
“Judenräte” son quienes están prestos a destruir, pero que jamás han construido nada. “Judenräte” son quienes exigen “dignidad, justicia y valores” de los demás, pero cuyas conductas exhiben que lo menos que tienen son precisamente esas cosas.
“Judenräte” ha habido en todas partes en todos los tiempos… Unos han salido ilesos, otros lo pagaron en vida. Pero a todos, la Historia se ha encargado de juzgarlos.