Ahora Chávez se burla de sus propios compinches
Roja la camisa, rojos los calzoncillos, rojas las manos, teñidas de sangre
Por años los ha instruído u ordenado a seguir por ese camino, pero ahora se burla de ellos. Le parece “sospechosa” la gente que anda de camisa roja: Diosdado, Istúriz, El Aissami, Arias Cárdenas, Soto Rojas, Ramírez, Escarrá, Darío Vivas, hasta él mismo etc. De repente, sus mismos secuaces son “sospechosos”. Yo difiero. Sobre esta gentuza nunca ha existido sospecha. Son hampones, traidores e ineptos sin ninguna duda.
Ahora es «sospechoso» de adulante? Pero es que nunca ha existido duda!
La burla que Chávez hace de sus cómplices ilustra el daño profundo que este hombre le ha hecho al país. Ha convertido a grandes segmentos de la población en limosneros, a sus seguidores en muñecos de trapo masoquistas, a sus adversarios en presos y exiliados. Insulta a diestra y siniestra. Siembra odios. Se ha solazado en crear divisiones profundas entre los venezolanos. Un presidente no llega al poder para eso. Llega a construír, a tender puentes, a inspirar a la gente a trabajar en conjunto para el bien común.
Lo que es también cierto es que Chávez ha puesto en evidencia la mediocridad de grandes sectores del pueblo venezolano, chavistas y oposicionistas, militares y civiles, por su indiferencia ciudadana, su comodidad y carencia de espíritu combativo. Nos lleva a pensar que Chávez y el país se merecen, el uno al otro.
Como decían en Los Teques: el muchacho que es chillón y la mamá que lo pellizca.