Opinión Nacional

De diputada impune a ministra

De lo que conocemos de Iris Varela es su vehemente pasión por defender todas las tropelías que comete el gobierno, respaldando como justo las múltiples arbitrariedades perpetradas por Chávez, su amado patrón, y las que comete ella misma haciéndose por su propia mano, lo que entiende esta dama tachirense con evidentes signos de desequilibrio, por justicia.

Mas que inmunidad parlamentaria la nueva ministra de servicios penitenciarios ha sido el emblema gráfico de la impunidad parlamentaria condición que acompaña desde luego a sus demás compañeros de fracción, pero ella por ser la mas abiertamente transgresora de sus compañeros ha resultado en la máxima beneficiaria de la tendencia del gobierno por amparar conductas delictuales dentro de sus filas. Es en fin una fémina de pelo en  pecho admiradora sin ambages como lo ha manifestado muchas veces de la organización terrorista colombiana  FARC y de los grupos violentos y armados  que apoyan al presidente. Lo que no puede reprochársele es su sinceridad, pues jamás ha  intentado disimular la estructura explosiva de su carácter ni escondido, tal vez por su deseo de imitación y fervor a su jefe, su gusto por la difusión mediática en el cobro de sus afrentas y en el estallido de sus enfados; ocurrió en el año 2003 contra César Pérez Vivas, actual gobernador de Táchira, y en 2007 contra el periodista Gustavo Azócar todas con la presencia de la televisión.

Es igualmente notable en el atormentado carácter de la diputada y nueva ministra sus visiones extremistas, dogmáticas y primitivas sobre cualquier cosa que expresa a quema ropa con natural sinceridad e incluso con un dejo nada oculto de soberbio orgullo en que parece solazarse sobre la opinión hinchada que tiene sobre si misma, gozando de su personalidad violenta y su confrontativo y vulgar estilo al hablar que en ella es lo mismo que insultar donde resalta, su enfermiza admiración por el presidente, la violencia armada y la xenofobia. La nueva flamante ministra de servicios penitenciarios curiosamente se ha  distinguido por querer meter en la cárcel a ciudadanos que no son delincuentes y querer sacar  a la calle a vente mil que si lo son como ha declarado recientemente.

En el año 2004 siendo vicepresidenta de la Comisión de Política lnterior de la AN acusó a Patricia Poleo de tener relación directa con paramilitares colombianos. En su denuncia involucró a conocidas figuras del periodismo y la empresa privada solicitando al Ministerio Público le fueran revocadas las nacionalidades a Poleo, Martha Colomina, Gustavo Cisneros, Norberto Maza y Napoleón Bravo todo con fundamento a unas fotos trucadas. El asunto no es que Varela sea una incapaz para tratar el drama penitenciario es que no fue nombrada para este propósito.

Su ministerio no es otra cosa que un paro de naturaleza meramente electoral, como la misión vivienda, y otros inventos burocráticos por el estilo de carácter propagandísticos para hacer creer que ahora, dada la presunta intensidad de la tachirense para abordar los debates, si será tratado a fondo la tragedia carcelaria. Ella es una pieza política de estricta confianza  ligada por su sumisión y obediencia al presidente, por lo que no comprometerá jamás ante la opinión pública la credibilidad en el régimen.

No sería inverosímil creer que los vente mil que va a soltar deberán pasar por el Psuv para su inscripción y» PROMETER SU VOTO POR CHÁVEZ BAJO JURAMENTO EN EL 2012″

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