Unasur club de amigos
La visita de los Cancilleres de Unasur cumplió exactamente lo que aspiraban Maduro y Jaua, que estos vinieran a Venezuela hacer lo que según medios de prensa manifestó el Ministro Patiño de Ecuador; “el objetivo de la visita de alto nivel es acompañar, asesorar y ayudar al gobierno venezolano en la crisis originada tras las protestas estudiantiles en reclamo por los altos niveles de inflación y la inseguridad, afirmo, además, que la presencia de la misión diplomática se ceñirá a los lineamientos del gobierno venezolano que tuvo la iniciativa de invitarlos”.
La misión difícilmente podía entender las razones de la crisis venezolana por dos hechos fundamentales, en primer lugar porque todos los cancilleres directa o indirectamente tiene relaciones ideológicas y personales afines con el Sr. Maduro y en segundo lugar, han aprendido lo bondadoso que puede ser el gobierno venezolano en su esquema de internacionalismo militante de “ayuda” a los gobiernos amigos. Solo recordemos los excelentes negocios de Brasil, Argentina y de Uruguay con Venezuela. Creen ustedes amigos lectores que con una visión de “realpolitk” cualquiera de esos Gobiernos va arriesgar su buena relación con Maduro por las causas justas de los estudiantes o de la oposición venezolana. Solo recuerden la reacción con el gobierno de Panamá para entender la estirpe de la diplomacia revolucionaria. Además, Maduro compartió en innumerables ocasiones con la mayoría de esos Cancilleres como colega y aun con quienes no comulga ideológicamente como la Sra. Holguin, el tema de las FARC y los lazos de amistad entre ambos tiene un peso importante que intermedia ante cualquier propuesta objetiva.
El comunicado tiene un lenguaje esquivo y se trata de un texto sin profundidad, que resalta al Gobierno de Maduro y minimiza a la oposición y a los estudiantes que ni siquiera los menciona como tales, que llama a la paz sin reconocer una crisis, que excluye en el texto conceptos como las demandas legitimas de los estudiantes, no menciona la represión excesiva por parte de la fuerza publica, ni señala a los presos políticos y exilados, ni se refiere a la persecución de lideres de la oposición , ni de las causas estructurales de la crisis como la corrupción, inflación y nada refieren sobre la violación de los derechos constitucionales, etc. En otras palabras, es un texto sin garras que demuestra el desprecio por los opositores venezolanos. El Canciller de Brasil actuó tan arrogantemente como lo hizo su embajador ante la OEA que califico de circo la participación de María Corina Machado demostrándose el desprecio que el Gobierno de Brasilia tiene por los sectores opositores que luchan por la democracia y el respeto a sus derechos constitucionales. Por cierto la posición de Brasil ha sido persistente en ese sentido desde el Gobierno de Lula.
Sin dejar de reconocer que todo escenario para presentar un mensaje es pertinente, en esta oportunidad manifiesto mi escepticismo con relación a UNASUR. Su Secretario General es militante del PSUV y su estructura mental no es la de un demócrata, razón por la cual ni siquiera desde la burocracia de la organización se encontrara asidero para que se reconozca el déficit democrático de Venezuela y la esencia totalitaria de su régimen.
Crearan expectativas mientras el Gobierno gana terreno. La oferta correcta de Unasur seria reconocer un conflicto político, social y económico e invitar a las partes con un garante internacional a negociar un acuerdo político que permita generar de allí una cultura de dialogo y de Paz en Venezuela. La versión de que serian los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil los que integrarían el grupo de mediación no tiene sentido. No han generado confianza y correctamente la oposición rechaza que Unasur sea el mediador.
En cualquier escenario se debe designar a alguien que genere seguridad a las partes. Para el éxito de cualquier negociación ello es clave.