Taiwán: Canciones del errante, un ritual de purificación
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Ver el trabajo presentado por Taiwán en el Festival Internacional de Teatro de Caracas 2001, es adentrarse en un espíritu absolutamente distinto a la cosmogonía occidental, para conocer una perspectiva otra del universo: la perspectiva oriental. Canciones del Errante (Songs of the Wanderers) es un camino de introspección, un viaje espiritual que juega con la idea de purificación.
Su estética se maneja con los colores dorados y ocres para sumergirnos en una atmósfera espiritual. Su puesta en escena es tan sencilla como conmovedora. Granos de arroz en casca, pintados de dorado, son todo el escenario imaginado que se imbrica totalmente con la danza dibujada sobre las tablas por los bailarines, que cual espíritus elevados, dialogan con la tierra, germinan de ella y a ella regresan.
Esta obra logró conmover a todo el público con la sencillez de su trabajo y la profundidad de una propuesta sin tiempo, o con un tiempo no conocido por los occidentales, suspendiéndonos en una suerte de infinito, remarcado también por la excelente selección de la música.
Si podemos hablar de un trabajo impecable, y de algo inolvidable, ese es el trabajo de Taiwán.