“Chávez: Hagan su campaña, en el 2019 no me les voy tampoco”
Hace días apenas, Chávez aparecía invocando a Dios. Cada frase, aparecía Dios. De su mano caminó el arbitrario y fastidioso tiempo de siempre en sus cadenas mediáticas, lo utilizó, como utiliza a los pobres. Cuando le conviene. Pero ya no es a Dios a quien no engaña. Le quedan pocos, los ignorantes, serviles, socios y mendigos, todavía esperan algo de esta piñata que reparte todo para ganar votos menos la moderación y el respeto que en su condición debería enseñar.
Porque Hugo Chávez está desde hace mucho tiempo, enfermo. ¿Usted no ha escuchado de alguno cuando lo oye mal humorado, agresivo o decaído, aquello que decía la abuela? “Mijo, cálmate, que te va a dar algo”. Es que la amargura, la venganza y la maldad son el caldo de cultivo en cualquier persona. Hay que respirar feliz con la felicidad del otro y agradecer el aire que se respira entre hombres buenos. Hay que, de alguna manera, apreciar al otro y compartir dolores y alegrías. Si lo que vives es la venganza, el rencor, el egoísmo y la mentira….”te puede dar algo”.
Aunque se pretendiera montar un espectáculo con su salud para que su victimización engañe al pueblo venezolano, se les pasó la mano. Porque si así fuera, ese engaño, esa farsa, sería cobrada por su perversidad. Insisto: una persona no puede cambiar tanto físicamente, por mas intención y voluntad que haya y convertirse en el hombre que vemos hoy, sólo por conmover” pendejos “.
Lo que sucede es que con esta avalancha de desatino, cuentos del “gallo pelón” y esa trayectoria récord de mentiras y manipulaciones, nos olvidamos de los graves desórdenes de personalidad de Hugo Chávez. “En el 2019 no me les voy tampoco”.
No. Si nosotros no queremos que se vaya. Queremos que compita democráticamente en las elecciones y se quede aquí a dar el frente a su gestión, que entregue cuentas, que hay bastantes, que enfrente a la justicia y asuma su responsabilidad en este desastre que ha sido recibir las cantidades monumentales de dinero y tener, por ejemplo, refugiados, expropiaciones en abandono, este emponzoñamiento al alma del país, la corrupción y esta delincuencia que con su discurso y permisología retan la paz y la justicia.
Lo que pasa es que éste enfermo de prepotencia y sombría personalidad, no puede, biológicamente, cambiar. Ni sano, ni enfermo. No es el cólon, ni la próstata, ni el absceso. La quimio mata las células cancerosas, la ciencia médica triunfa en su más avanzada tecnología y , Hugo Chávez, sigue haciendo y diciendo lo mismo porque en ese ser hay agazapados sentimientos obscuros que rigen su conducta, que se nutren por supuesto de los serviles que “aplauden al oro de Venezuela” cuando él lo ordena y se rapan la cabeza para halagarlo.”No reconoceremos más gobierno que el de Gadafi”. Fuera de la realidad, se va quedando sólo con su grupito que ríe chistes malos, aplaude y llora de histerismo. Un infeliz lleno de odio. Si fuera feliz, la felicidad no lo dejaría odiar.