Contra la dictadura
En la medida en que la sociedad humana crea un grado conciencia democrática, generalmente después de vivir por algún tiempo importante en un régimen de libertades, crea también una seria resistencia contra todo tipo de dictadura, aunque sus jerarcas apelen a la represión y lleve a la cárcel o al cementerio a la vanguardia de los ciudadanos libres y combativos. La historia de la humanidad está llena de ejemplos que revelan que el hombre y la mujer cuando ésta adquiere conciencia de sus derechos, han enfrentado abierta o clandestinamente a los tiranos, hasta que logran sumar una mayoría sustancial a sus luchas y producir su derrocamiento por la vía pacífica o violenta.
La generación de revelo que ya sustituye a los protagonistas de jornada histórica que con sus sacrificios, heroísmo y conciencia democrática, contribuyó a derrocar la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez que mediante un plebiscito pretendía prolongarse en el poder desconociendo la Constitución Nacional que establecía la obligatoriedad de convocar a la elección de Presidente de República mediante el voto universal directo y secreto, dio una demostración de capacidad para asumir su rol democrático y de capacidad de lucha, al convocar en Caracas, como parte de una protesta en las principales ciudades del mundo occidental contra las dictaduras y en defensa de la democracia.
Coordinadas por la organización civil Un Mundo Sin Mordazas, la concentración que se realizaba simultáneamente en diversas ciudades del universo democrático, convocó y atrajo en nuestra capital a los partidos políticos y otras organizaciones independientes de la oposición al gobierno de Hugo Chávez, quien convocó a sus partidarios en Miraflores, donde no atacó la dictadura de Pérez Jiménez, sino al Pacto de Punto Fijo como expresión, según su óptica castrista y fascistoide, de la última tiranía.
La unidad de la oposición democrática se logró para conmemorar el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez, pero no así el espíritu del 23 de Enero, que se alcanzó después de derrocado el dictador. Y aunque la oposición a toda tiranía se ha unido en Venezuela y en el mundo democrático, la sociedad venezolana, 53 años después de derrocada la última dictadura del siglo XX, se encuentra dividida, no obstante el llamado al diálogo hecho por el Presidente del República el día que presentó su Memoria y Cuenta a la Asamblea Nacional, porque varios días después volvió al ataque contra los llamados escuálidos, que obtuvieron el 52 % de los votos de los venezolanos en la última elección para escoger diputados a dicha Asamblea.
Sin embargo, la gran lección que ha dado la mayoría de los jóvenes que forman organizaciones independientes, que militan en los partidos políticos y que estudian en las principales universidades del país, no sólo para comprender el significado político y democrático del 23 de Enero de 1958, sino también el valor de la unidad de los demócratas y su disposición a luchar por la vigencia de la democracia, le abre al país una real esperanza de futuro, de conquista de un sistema de libertades en el que todos los venezolanos podamos convivir en paz, en democracia y en búsqueda de un mayor bienestar colectivo.
La madurez de la dirección política de la oposición venezolana, reunida alrededor de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la gallardía de la generación de relevo manifestada en su disposición a luchar contra la dictadura, apoyada en la experiencia de quienes en la resistencia a la barbarie, cometieron muchos errores, pero fueron capaces de rectificar y crear las condiciones para conquistar la democracia.
A estas alturas del debate político en Venezuela, los integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática han acumulado una experiencia excepcional, producto de grandes y pequeñas batallas contra las dictaduras, de su resolución para reconquistar las libertades públicas, que unida a la combatividad de los jóvenes que han irrumpido en el escenario político nacional, con una visión universal de la problemática de nuestro tiempo, aseguran a Venezuela un camino realista y constitucional para impedir que se perpetúe una dictadura personalista, demagógica y militarista, y absolutamente equivocada en cuanto a las políticas públicas que hay que instrumentar para sacar al país del atraso y la miseria. Esa misma experiencia también indica que la Unidad se puede y se debe ampliar, incluso abriéndole las puertas a la disidencia democrática del chavismo, que conduzca al final de la jornada a la reconciliación de los venezolanos.