Sobre el despotismo y la centralización
Leo con gusto el excelente libro de Gastón Leval El Estado en la Historia (Colección “Pensamiento Contemporáneo”, Cali, 1980), y no puedo dejar de compartir esta excelente reflexión del autor sobre la centralización y el despotismo:
“Togo gobernante centralizador es un déspota, todo déspota es un centralizador, lo que prácticamente repercute en le estructura de las naciones y en el respeto o la ofensa de la libertad. He aquí un axioma que jamás debería olvidarse. Para implantar el despotismo es necesario reunir en una sola mano todos los poderes: políticos, administrativos y, si es posible, el económico. Sin ello existirían fuerzas no sometidas, lo que es incompatible con la voluntad de dominio oficial. Aquel utiliza incluso todo lo que la sociedad crea, perfecciona y amplia el empleo, la técnica, la ciencia y todos los medios de información, de dominio, de comunicación, de transporte, y llega el momento en que todo está de tal manera perfeccionado, que le basta apretar un botón, dar una orden, pronunciar una frase, una palabra para movilizar fuerzas inmensas ponerlas en marcha y lanzarse a la conquista de naciones interas o a la instauración de un nuevo régimen político.
Ejército, policía, tribunales, justicia, códigos especialmente elaborados, todo es movilizado, todo puesto en movimiento. Y naturalmente no faltan las prisiones…
El perfeccionamiento del aparato central llega a tal extremo que es superfluo hacerlo entrar en acción. La amenaza es suficiente. La obediencia ha entrado en las costumbres, los reflejos condicionados se movilizan para la servidumbre colectiva. La amenaza basta, y aún menos que la amenaza, es suficiente con una orden llegada de arriba, pues los pueblos han sido mecanizados por así decirlo.
El centralismo es una empresa de domesticación de alcance universal (…) Desde el momento en que el centralismo aparece están en peligro la libertad, en consecuencia la dignidad y la felicidad de los hombres.” (pp. 212 y sig.).
Cualquier parecido con la realidad venezolana no es mera coincidencia.