El maestro Abreu protege su puente
Recordé la película al ver esta foto…..
Hace años ví una película que me dejó profunda impresión: “El Puente sobre el Río Kwai”. No solo por la extraordinaria actuación del elenco sino por el tema que revela la complejidad de sentimientos que, en ocasiones, promueven resultados contrarios a los que se pretenden.
En esta película el Coronel inglés Nicholson, prisionero de los japoneses, interpretado por Alec Guiness, es el líder de los prisioneros a quienes se les ha ordenado la construcción de un puente. Aunque al principio ellos resisten la orden, el Coronel Nicholson los convence de que hacerlo será un símbolo de la fortaleza y dignidad de los ingleses. Paralelo a este esfuerzo gigantesco y digno de admiración, se lleva a cabo un intento de dinamitar el puente para negarle el tránsito a los japoneses. Nicholson termina horrorizado de ese intento y lucha por conservarlo, a pesar de que se convierte de hecho en un aliado del enemigo. Podemos entender lo que está en la mente de Nicholson. Lo que él llega a ver como un monumento a la calidad y capacidad de los ingleses, en realidad, como un tributo a sí mismo, debe ser protegido de todo daño, así sea en contra de la causa que originalmente los ha colocado en esa situación.
Ayer ví al Maestro Abreu, a quien he admirado por largos años, en una foto con el déspota Hugo Chávez, un asesino, un corrupto y un hombre lleno de odio, quien ha destruído al país. Abreu no lo está abrazando, no lo está alabando, simplemente está allí con él, avalando con su presencia todo lo que el desequilibrado representa. Abreu lo hace porque no quiere ver su sistema destruído, no quiere ver como su puente sobre el río desaparece, aunque para lograrlo tenga que plegarse al enemigo.
El heroismo de Nicholson llegó a confundirse con orgullo paternal y con un explicable pero perverso acto de auto-endiosamiento. El puente se convirtió en “su” puente. Viendo el evento donde Abreu aparece al lado del déspota he recordado esta película.