Candidato de la oposición
Las principales organizaciones de la Alternativa Democrática iniciaron una discusión acerca de un acuerdo prioritario de gobernabilidad, que no sólo reafirme la voluntad unitaria de los mismos para una vez escogido el candidato que enfrentará a Nicolás Maduro nominado con e dedo de gran elector de Hugo Chávez, sino también para expresarle a los venezolanos la decisión de formar un gobierno de integración nacional, que puede y debe ir más allá de la representación que forma parte de la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
La aprobación de un candidato en los próximos días parece lo más aconsejable, porque además de llamar a votar también estará orientado a movilizar el país para denunciar la grave crisis social, económica y moral que atraviesa la mayoría de la población nacional, y la incapacidad del gobierno de los herederos de Chávez para resolverla.
El candidato debe presentarle a los electores firmes y potenciales, su visión de país y en particular demostrar las condiciones de Jefe de Estado, tanto para derrotar a Nicolás Maduro y al chavismo que promueve el socialismo autoritario a la cubana, como para ponerse al frente de la reconstrucción de un país destruido en lo institucional y en su infraestructura física y moral.
El Proyecto Bolivariano Militarista luce agotado a los14 años de ofertas halagadoras y muy pocos resultados beneficiosos para la mayoría de los venezolanos que votaron en varios eventos electorales por el Comandante Chávez y por sus candidatos escogidos a dedo por él mismo. Miles o millones se sienten hoy engañados por dádivas transitorias, visibles en la mirada desesperanzada de los desempleados y en los niños de la Patria deambulando por las calles de las principales ciudades del país haciendo malabarismos para sobrevivir.
Hoy la gravedad de la salud del Presidente Chávez agrava también la crisis política del país, porque su heredero a la Jefatura del Estado no satisface las aspiraciones de la mayoría del chavismo, y los divide peligrosamente hasta el extremo de hacer impredecible el futuro inmediato del país, aunque la Mesa de la Unidad Democrática proceda correctamente al mantener como objetivo democrático las elecciones de 2013. La posible desaparición del Presidente Chávez o su inhabilitación física y mental para continuar al frente del gobierno, obliga a todos los partidos e instituciones de la nación a buscar acuerdos para evitar la anarquía, la ingobernabilidad y la violencia entre los venezolanos.
Para alcanzar estos últimos y fundamentales objetivos nacionales, es imprescindible que se respete y aplique el texto de la Constitución Nacional Bolivariana, que establece que el TSJ nombre una Junta Médica que determine el estado de salud de Presidente, y si lo encuentra imposibilitado de continuar al frente del gobierno, se declare la falta temporal o absoluta, se encargue el Presidente de la Asamblea de la Jefatura del Estado y se convoque a elecciones presidenciales en los próximos 30 días. De no procederse acuerdo con la Carta Magna, Nicolás Maduro continuará usurpando las funciones de Vicepresidente y de Presidente, sin ser nombrado, en el primer caso, y menos electo, en el segundo, por el voto soberano y mayoritario de los venezolanos.
Si la cúpula militar civil que ha venido gobernando el país no corrige la irregularidad que significa la violación de la Constitución Nacional Bolivariana por parte de quienes pretenden continuar gobernando indefinidamente desde la Vicepresidencia y desde el gabinete ejecutivo, sin ser nombrados por el Presidente electo, y hasta posiblemente convocar elecciones presidenciales utilizando todo el poder del Estado para favorecer sus intereses, el país puede precipitarse en una profunda crisis política, cuyo desenlace nadie puede prever. Lo único que queda claro, por ahora, es que la responsabilidad de esa crisis es obra de la incapacidad de esa camarilla militar civil gobernante, para conducir el país hacia un estadio de paz, progreso y bienestar de la mayoría de los venezolanos.
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