Opinión Nacional

De caballo desbocado a búfalo

 “Yo tengo que asumirlo, lo confieso al país, no seguiré siendo el caballo desbocado por ahí”. Agregó: “Ahora sigo una dieta, trabajo ocho horas diarias, le pido a Dios que me dé la fuerza del búfalo antes que la del caballo”

Esta confesión y esa súplica que le acompaña no pueden ser más enigmáticas y al mismo tiempo insidiosas.

Esto significa que reconoce que hasta ahora actuaba prácticamente como un caballo salvaje, sin control de ninguna clase. No cabe duda de que su comportamiento desde que asumió el poder se asemeja a la de un caballo indómito, incontrolable que fue arremetiendo contra todo en el país para asegurarse el terreno libre y hacer y deshacer allí lo que le viniera en gana.

Es así como se hizo fabricar a su medida una Constitución que luego ha desdeñado y violado como le ha convenido. Es así como ha convertido a todos los poderes públicos en entes totalmente dóciles sometidos a su exclusivo control. Es así como ha obtenido que una Asamblea Nacional integrada por títeres le otorgara poderes omnímodos para legislar mediante decretos “con rango, valor y fuerza de ley” y con esa facultad dictatorial promulgar leyes ominosas que persiguen asegurarle todavía mas el terreno libre para implantar su proyecto político del comunismo del siglo XXI. Es así como valiéndose del control que ejerce sobre el aparato judicial y los cuerpos de seguridad arremete contra la propiedad privada dictando expropiaciones y contra las libertades fundamentales de los ciudadanos persiguiéndolos y disponiendo de sus vidas con sentencias judiciales dictadas en abierta violación de principios y normas fundamentales del estado de derecho. Es así como da rienda suelta para que sus acólitos organizados en mafias o actuando individualmente se enriquezcan a costa del dinero de los venezolanos y hagan negocios multimillonarios con el tráfico de drogas.

Pero ¿que significa su invocación a Dios para que le cambie la fuerza del caballo desbocado por la del búfalo? ¿A cual búfalo se refiere? ¿Al bisonte americano tan salvaje o más que un caballo indómito y además agresivo? ¿O al búfalo tropical, domesticado, pacífico, que pasa su vida en el agua y en los barriales comiendo hierba?

Debería aclarar esto para saber a qué atenernos. Personalmente creo que él piensa en el bisonte, lo que significa que la situación del país no va a cambiar a pesar de que sus condiciones físicas se encuentran sumamente deterioradas.

La muestra es que coincidiendo casi con esa declaración promulgó la nueva Ley del Trabajo que trastoca todo el entramado de las relaciones entre patronos y empleados y que es una puñalada trapera a las pequeñas y medianas empresas y a los profesionales que necesitan contratar personas como auxiliares para su actividad. Otra muestra es que simultáneamente con esa declaración emitió un decreto reformando la Ley Orgánica del Consejo Federal introduciendo disposiciones que le permitirán designar “autoridades distritales” sometidas a su control directo y dependientes del poder central en materia presupuestaria. Esta reforma es otra puñalada trapera, esta vez contra la autonomía municipal y un paso más hacia la concentración del poder.

 Conclusión: Es difícil escoger entre el caballo desbocado y el búfalo porque ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario. Seguiremos en lo mismo, con un gobernante que, hasta que Dios disponga algo diferente, empleará las pocas fuerzas que le quedan, ya sean las del caballo desbocado o la del búfalo para aferrarse a la vida y continuar empleando el odio y la maldad como instrumentos para perpetuarse en el poder. Pero le queda poco tiempo, el 7 de octubre, si todavía está en este mundo, se acabará su cacicazgo.

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