La insoportable levedad de Chávez
Y, aunque persiste en su afán de continuar mandando, su avanzada enfermedad le envía señales muy claras y las cuales, muy a lo interno de su ser, le generan dudas entre su posición de “estoy curado” versus “un cáncer terminal”, criterio coincidente de los galenos tratantes.
Desde meses atrás, el mandatario nacional opta por habitar la Cuba de Fidel Castro, nación caribeña donde reposa de sus quebrantos y desde donde manda a distancia, creando una sensación de figura lejana que se difumina en el horizonte, allá por los mares antilllanos.
Pero hace un año exactamente comenzó a transformarse en un personaje leve de la escena venezolana porque cambió radicalmente su conducta política al limitar sus apariciones a esporádicos mensajes de twitter, llamadas telefónicas a programas de radio y televisión; y a llegar a su país muy tarde de madrugada como un extranjero más o pretendiendo esconderse de la gente.
Producto de ese cambio, la figura de Hugo Chávez existe actualmente en la Red de Medios del Estado desde donde es bombardeada a cada minuto con fines propagandísticos, pero más allá el hombre de carne y hueso no se ve en las calles. El Chávez mediático se impuso convirtiendo al Chávez hombre en un ser invisible y, evidentemente, sin peso, como los personajes del escritor checo.
Lo grave es que Venezuela tiene problemas graves, urgentes y concretos incapaces de resolver desde la lejanía y de nada sirve un Presidente sumergido en un marco de levedad o de angustia sobre su futuro político, frente a los males que aquejan a cerca de 30 millones de venezolanos.
Parafraseando el título de Kundera, es insoportable la levedad de Chávez ante las urgentes necesidades del país, porque ese hombre que flota jugando bolas criollas en los hermosos jardines de La Habana sólo se preocupa por su salud, sin importarle la cifra de casi 20 mil crímenes en su período de gobierno; la situación de ingobernabilidad de las cárceles; los constantes apagones ni tampoco que las madres no encuentren leche para alimentar a sus hijos.
Afortunadamente, el próximo 7 de octubre dejará de levitar para dedicarse enteramente al cuidado de su salud allá por Sabaneta de Barinas.