Reconcilación e interés nacional
Los tiempos y el clima político en que jóvenes universitarios como Yon Goicoechea (oposición) y Héctor Rodríguez (gobierno) realizaron un debate en los estudios de Globovisión, que impactó al país por su estilo civilizado y en el que abordaron diferentes aspectos de la realidad nacional como la libertad de expresión y el derecho a manifestar libre y pacíficamente, han desaparecido por la virulencia del discurso del Presidente de la República, que desde una carroza o en cadena de radio y televisión agrede sin consideración alguna al candidato de la Unidad Nacional Henrique Capriles Radonski.
Desde que Capriles le quitó la calle al comandante candidato, éste ha cerrado toda posibilidad de debate, no sólo porque el todavía Jefe de Estado no puede defender su colapsada obra de gobierno, sino también porque su salud le crea limitaciones para reconquistar lo que una vez tuvo a su lado, miles de personas que lo vitoreaban y se le acercaban a saludarlo en las principales ciudades de país.
Sin embargo, a estas alturas de la campaña, cuando hasta en la Sala Situacional de Miraflores perciben y reconocen el posible triunfo de Capriles, lo importante es como convencer a los chavistas de que no habrá persecución ni discriminación por parte de un gobierno presidido por Henrique Capriles, quien ha dirigido varios mensajes a sectores e instituciones fundamentales del país, garantizando el pleno ejercicio del Estado de Derecho.
Y aunque también es obvio que la carga política para contener la tendencia autoritaria del régimen no puede descansar exclusivamente en los hombros del candidato de la Alternativa Democrática, ya miles de estudiantes han salido a recorrer las calles por la reconciliación nacional. Igualmente los partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y gremios independiente, han dejado claro que no renunciarán a la lucha por eliminar la discriminación política en cuanto a quiénes tienen derecho a transitar, visitar y realizar manifestaciones pacíficas en todo el territorio nacional.
La reconciliación nacional es de interés para la vida democrática de jóvenes, adultos y viejos, pero el tiempo apremia. Si la generación política que ha dirigido el país en los últimos 14 años, responsable de la polarización y del fracaso de las políticas públicas aplicadas, no es capaz de contribuir a reconciliar a los venezolanos, Venezuela puede entrar en una crisis impredecible.
El 7 de Octubre no sólo elegiremos a un nuevo Presidente, sino que también por la crispación en que el candidato saliente y sus seguidores comprometidos o señalados como incursos en delitos de lesa humanidad, el país enfrentará una dura prueba entre las instituciones fundamentales de la nación y la provocación de grupos paramilitares que apoyados desde el gobierno traten de crear un caos generando actos de violencia en centros de votación u otros organismos clave para que la ciudadanía vote en paz.
Para evitar actos de violencia o reducirlos a su mínima expresión, es imprescindible que las instituciones básicas de la nación, reflexionen y crean en la palabra de Henrique Capriles Radonski, que como posible Presidente de la República se ha comprometido a gobernar sin discriminación política. Se tiene que eliminar la prédica de la división de la sociedad y de la descalificación de quien no piense como el gobernante del momento, tal como lo ha venido haciendo Hugo Chávez desde la Presidencia de la República. La experiencia de Capriles en Miranda y la convicción de que para alcanzar el progreso del país se requiere una atmósfera de paz, confianza y trabajo mancomunado del gobierno con empresarios y trabajadores, es la mayor garantía que nuevo Jefe del Estado ofrece a los venezolanos.