Mientras más malo, mejor
Según los analistas más duros del chavismo, Chávez tiene entre 15 y 30 puntos de diferencia sobre Capriles. No es en contra. Sorprendentemente es a favor. No podía ser de otra manera. Micomandante es un campeón electoral. Será pésimo gobernante, pero en elecciones sabe usar el ventajismo, la violación legal, la trampa, la dádiva, la dependencia y el abuso de poder como todo un As.
Elección tras elección es lo mismo. Pero en los últimos cuatro procesos el castrocomunismo ha perdido dos, otra se puede decir que quedó pareja y otra la ganó. Las de gobernadores permitieron a la oposición recuperar espacios luego del suicidio abstencionista y la derrota por paliza de Rosales. Se recuperaron las gobernaciones de los más importantes estados del país. Luego otros han ido a la oposición por la natural reacción que se produce en un mandatario democrático cuando un dictador hunde demasiado la bota en el cogote. Por eso Chávez pierde Lara, Monagas y Amazonas.
El primer referendo, con el cual Chávez quería ganar la reelección eterna, lo perdió con más pena que gloria. Fue el de la victoria pírrica y más. Luego repite ilegalmente el referendo y lo gana para rematar perdiendo las elecciones parlamentarias, aunque gracias al ventajismo y a su habilidad para la trampa legal, mantuvo una mayoría parlamentaria falsa e inmerecida.
Llegamos a estas elecciones con un Capriles Radonski invicto y con propuestas renovadoras, mientras que micomandante arriba a octubre buscando la tercera reelección de los diez que se planteó originalmente. Esta es su cuarta elección con las mismas promesas y el mismo discurso de hace 14 años. Pero hay un secreto que le permite sacar 30% de ventaja: la proverbial incapacidad de su gobierno.
Es así como en Zulia Chávez debe ganar con más de 50% gracias al chip gasolinero, al racionamiento de luz y a los atracos y secuestros. En Táchira está sobrado a punta de vacunas y cortes de luz, además del mismo chip cubano para gasolina. En Lara va como un cohete a punta de desempleo y crímenes. Ni se diga en Carabobo y Aragua donde la buhonería es el sustento del nuevo hombre. En Falcón, la gente aplaude de pie cada vez que cortan la luz o salen a la calle a bailar cuando se les dañan las neveras. Caracas le dará 2 millones de votos.
Micomandante no tiene pérdida. En las zonas agrícolas lo aman. Por el solo hecho de desbaratar Agroisleña y volverla socialista al estilo Castro, es decir quebrada e ineficiente, el líder intergaláctico se escapa en las encuestas a fuerza de joropo, arpa, cuatro y maracas. Y qué decir de los trabajadores jubilados propietarios de acciones laborales de Sidor ¡Lo idolatran! 100% es nada.
El amado destructor.