Guyana: Venezuela incongruente
La canciller guyanesa Carolyn Rodrigues-Birkett, recientemente, se refirió, en el Parlamento guyanés, a las objeciones que Venezuela ha presentado ante el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sobre la solicitud de extensión de su plataforma continental, acusando al gobierno venezolano de tener posiciones incongruentes sobre el tema. El Canciller Maduro, ocupado en hacer las funciones de Ministro del Trabajo, de candidato a Vicepresidente y de potencial candidato presidencial sustituto, no ha tenido tiempo de responderle a Guyana. Pero lo peor del caso es que la Canciller guyanesa tiene, desgraciadamente, cierta razón. La irresponsabilidad, tanto de acción como de omisión, de este gobierno ha hecho creer al gobierno de Guyana que Venezuela había decidido abandonar la reclamación del territorio Esequibo.
Guyana no podía pensar otra cosa desde el 2004, cuando el presidente Chávez declaró que Venezuela ya no se oponía a que Guyana otorgara unilateralmente concesiones y contratos a compañías multinacionales en el Esequibo, abandonando así unilateralmente y gratuitamente uno de los pocos instrumentos de negociación que Venezuela tenía para inducir a Guyana a negociar. O cuando en el 2007, el mismo presidente Chávez afirmó que la reactivación de la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo en 1962, por parte del Gobierno de Rómulo Betancourt, fue producto de la presión de los Estados Unidos, lo cual además de una falsedad es una estupidez. Para colmo, en la exposición de motivos de la Ley de Presupuesto de 2012, se menciona irresponsablemente a Punta Playa, como punto de referencia para negociar con Guyana la delimitación de áreas marinas y submarinas. Punta Playa se encuentra en la Línea del Laudo de 1899, que Venezuela considera nulo e irrito.
Por eso, cuando el Canciller Maduro, por la presión de la opinión pública, por fin se decide a enviar la carta al Secretario General de la ONU, reafirmando nuestros derechos sobre el territorio Esequibo y su proyección marítima, es comprensible que el gobierno de Guyana acuse al gobierno venezolano de incongruencia.
Dado que, en el Reglamento de la Comisión de Límites de la ONU, se establece que no se puede presentar una solicitud de ampliación de la plataforma continental, si hay una disputa territorial en el área correspondiente y dado el interés de Guyana en ampliar su plataforma, una Cancillería eficiente debería aprovechar esta coyuntura para reactivar la negociación con Guyana que, en el pasado y sin admitirlo públicamente, ha estado dispuesta a analizar posibles soluciones prácticas a la controversia. De esa forma ambos países, una vez logrado el acuerdo práctico sobre la controversia, podríamos sin problemas, ampliar y delimitar nuestras respectivas plataformas continentales y cerrar definitivamente la herida histórica que nos separa.
El actual facilitador, Embajador Roy Chaderton, encargado de la negociación con Guyana, en el marco de los buenos oficios de la ONU, es también Embajador ante la OEA, diputado principal en el Parlamento Latinoamericano y miembro del recién “nacido” Consejo de Estado. Espero que el Gobierno se decida a reactivar la negociación con Guyana, empezando por nombrar un facilitador que se ocupe de esta relevante misión a tiempo completo.