Uribe y Maldonado
Guardando las distancias entre ambos, hay quienes los critican por opinar sobre nuestra situación política. Cabe preguntarse si hay alguna razón para molestarse por declaraciones y twitter de un distinguido ciudadano colombiano que ya no ocupa ningún cargo público. También si el hecho de ser un destacado deportista significa que deba ser un castrado político y permanecer mudo ante el acontecer nacional.
Uribe ha expresado sus simpatías por Henrique Capriles y ello ha molestado, tanto a los partidarios del joven candidato, como a los “revolucionarios”. Maldonado no oculta su chavismo, por lo que solo lo critican algunos antichavistas. En condiciones normales seguramente no ocurriría esta polémica, pero el grado de polarización es tal que los insultos vuelan.
Curiosamente, en el caso de Uribe, la crítica por parte de algunos sectores de la alternativa democrática se debe a que su posición a favor de Capriles supuestamente “perjudica” a nuestro candidato. Con todo respeto, pienso que una vez más algunos de los nuestros le temen al discurso chavista de descalificación. Como el régimen ha satanizado a Uribe, algunos consideran que efectivamente es un diablo y no desean su apoyo moral. Esto no es nuevo, por ejemplo el teniente coronal lenguatón tildó el paro cívico del 2 de diciembre de paro petrolero satanizando a la meritocracia y muchos opositores compraron esa jerga.
Maldonado tiene todo el derecho a expresarse bien de su financiador ya que, a pesar de sus méritos frente al volante, lo cual demostró al titularse en la F2, sin un patrocinante importante no estaría en Fórmula 1. Ahora bien, como cualquier otro ciudadano que opine sobre política debe soportar las críticas de quienes no comparten sus puntos de vista, sobre todo cuando muchos pensamos que Pdvsa no debió gastar tantos millones en una actividad elitesca que solo beneficia a una persona.
Es a Pdvsa a quien hay que criticar. Quizá uno esperaría mayor prudencia en nuestras figuras deportivas que representan al país, pero entendamos que son seres humanos y que cada cabeza es un mundo. Para Maldonado, Chávez es un héroe, para nosotros es un autócrata que frecuentemente viola la Constitución. Lo procedente es tratar de abrirle los ojos. Ser tolerantes en estos casos pueden ser pasos importantes para la deseada despolarización. Por lo pronto le deseamos éxito en la próxima carrera en Mónaco.