¡Que bueno, sabrán por quien vote!
Subterfugio electoral del chavismo, para enfrentar la debacle causada por una política de exclusión morbosa, que al día se revela contra la práctica del libre ejercicio de la política y del voto. Los opuestos al régimen agonizante, inclusive los “chavistas” que no votarán por su hasta ahora mentor, no debieran preocuparse ni ver como un hecho dañino que sepan por quien se vota. Por el contrario, deben verlo como una oportunidad de confianza. Hoy no se identifican públicamente, porque saben que es su “descabezamiento” inmediato, pero si desean que se compruebe su oposición al votar por el candidato de la Unidad. Saben que allí está la victoria y no desean la parálisis que ocurrirá en los “revolucionarios”, como ocurrió el 12 de abril del 2002. A partir del 8 de octubre, serán muchos los que declararán que votaron por la oposición, pero para demostrarlo, requerirán de un comprobante: “saber por quien voto”.
Hay quienes dicen, que al miedo hay que verle la cara para derrotarlo, inclusive, reírse de los que nos amenazan, pero en el caso del comprobante del voto, a mas de demostrarlo, esperamos la manifestación actitudinal de tolerancia y ayuda, para evitar el desastre que pudieran producir mediante sabotajes los adeptos “socialistas” envenenados, en represalia por su derrota. Sin dudas, solo quedaran en las amenazas, pero su mayor escudo será declarar que también votaron contra el régimen. Esto no es nuevo. Desde antes, ya hay indicios y hasta pruebas de que muchos saltarán la talanquera. En la Asamblea Nacional hay derroche de esta efervescencia. En los jueces son sistemáticas las inhibiciones y las renuncias a sentenciar violando la ética, la constitución y los derechos humanos. Ya hay silencios notorios y enmudecimientos en funcionarios antes parlanchines. Los duros están en el Ejecutivo o ya murieron. Solo se oye el canto de los “gallos” que no montan horquetas porque sus alas no les sirven ni para limpiarse el sobaco. Las orquestas ya no tienen solistas sin “soles”.
Catorce años es tanto tiempo, que antes era el período para el pantalón corto; a estos “revolucionarios” solo les ha alcanzado para elucubrar y pensar que hacer. Ya no hallan que ideología o teoría tomar y seguir, y sus ocurrencias son tan pueriles, que ya no encuentran a que muerto ponerle vela o velar. Pero la seguridad es su karma. Policías van y policías vienen. De la metropolitana pasaron a la nacional, pero será imposible enderezar el entuerto de eliminar la función policial de la “benemérita” Guardia Nacional. Esa institución creada por el último verdadero general en jefe, quien tuvo la gran visión de ponerle misión al Ejército y eliminarles los “cochochos”, que hoy han retomado los nuevos “generales” discursantes, revolucionarios y chavitas. Pero no hay dudas, se ve y se siente que los corsarios ya no tienen ni parche en el ojo. El cáncer del candidato pareciera revolotear entre engaño y desengaño. No todos están dispuestos a aceptar las trácalas castristas y por ello prefieren buscar su garrocha. Pero para mayor seguridad, bueno es saber por quien votaron.