¡Eso es lo que hay! Triste reflejo de un país
¡Qué drama el de nuestra Venezuela Bolivariana! A los ya concebidos:
¿Cuánto hay pa’éso?
¡Pónganme donde jaya!
¡Cómo vaya viniendo, vamos viendo!
¡Tanto pa’ ti, tanto pa´mí!
¡UH! ¡AH! ¡Chávez no se va!
¡Ordené, ordené, ordené!
¡Así, Así, Así es que se gobierna!
Sumamos el desacertado y necio axioma: ¡Eso es lo que hay!
No estoy al tanto del musical origen del asunto; pero me desalienta oír a nuestros satisfechos alienados en el consuelo – léase: la débil oposición política, los acomodaticios empresarios, los desinteresados gerentes académicos, los jóvenes sin empleo, las familias hacinadas, los crecientes y anodinos líderes mediáticos; incluso alguno de nuestros más conspicuos intelectuales – lanzar al cielo un fingido suspiro, resoplar a los cuatro vientos un hipócrita y dolido ¡no hay más que hacer! , como blanda posición defensiva de alguno de sus protegidos y caros privilegios: atalayas intelectuales, chóferes de salario mínimo, secretarias sin ortografía, carros pasando aceite y oficinas con chiripas, quienes argumentan sin más, suficientes como debe ser:
¡Eso es lo que hay!