No digan después que no sabían
Cuando en tiempos de nuestros abuelos se tuvo la obligada paciencia para poder ver al “benemérito” J.V. Gomez, con los pies pa´lante, sacaban también cuentas, semana a semana de los largos exilios, de sus prisiones y grillos eternos, solo aptos para muy guapos y veían languidecer sus vidas, llenas de privaciones para sus familias, arrinconadas por el hambre y la vigilancia imponiéndoles el obligado silencio. Y al final cayó. “La pelona” hizo el trabajo fundamental.
Con Marcos Evangelista se repite la historia dictatorial, pero por un tercio del tiempo de su paisano chácharo. Los grillos ya no se usaban, aunque la picana eléctrica, mucho más cruel, hizo “cantar” a miles. El exilio era igual de amargo, pero si te quedabas quietecito y tenías talento o buena cuna, podías hasta hacerte rico aprovechando una economía estable. La dictadura se derrumbó a pesar de su exitosa jornada electoral plebiscitaria de semanas antes. El deslave militar y una bulliciosa celebración, con pretensiones de insurrección civil, hicieron el resto.
Con la democracia tampoco faltaron los carcelazos, la tortura y la represión de las disidencias armadas. El gran consenso populista, con su mejoramiento drástico de los niveles de vida y el fortalecimiento de reglas democráticas de alterabilidad en el poder y la ampliación de libertades, así como el usufructo del poder para prósperas clientelas, sobre todo empresariales y sindicales, hicieron perdurar ese sistema político como ningún otro en nuestra historia.
Y otra vez ocurre algo común en la historia mundial: sólo el régimen mismo generó su “autosuicidio”. Lo mató su indulgencia, su tolerancia y su estupidez política, de ir conscientes al precipicio de la mano de plutócratas mediáticos y de grandes financistas, que lo hicieron elegible y viable, a partir de la capitulación abyecta de los órganos de poder del régimen democrático: su Congreso Nacional, su Corte Suprema de Justicia y todos los demás instancias del régimen. El Estado con síntomas serios de decadencia dió su concurso, se rindieron las FFAA que por su lealtad al mando civil, se le cuadró al felón golpista, que habían derrotado apenas 7 años antes.
Y volvieron los tiempos del largo exilio, de la prisión con acusaciones falsas por crímenes cometidos por tus propios carceleros, esa es una innovación y las privaciones agudas para los de las listas de retaliaciones de Chávez, eso sí : ahora puedes insultar al régimen en cada cola de espera de autobús, de banco, de panadería, de caja de supermercado… porque nunca pudieron montar el esquema cubano de los comités de soplones y tuvieron que conformarse con hacerlos clientela de la vasta red de vagancias subsidiadas, que serán leales mientras llegue la mascada.
No caben dudas sobre que se ha avanzado muchísimo en los métodos de esclavismo dictatorial. Ahora el déspota es aceptado por conglomerados electorales explícitos en su opción, gigantescas clientelas que dejan pálidas a las de patente punto-fijista del pasado o a las sobrevivientes heredadas de ellas, o las nuevas que son toleradas mientras sirvan como válvula de escape y sobre todo como testigos validadores del sistema electoral y de reparto de migajas, que por supuesto también se comprometen con la pervivencia y la estabilidad del sistema dictatorial.
La “patente de corso” de la nomenclatura chavista es generalizada, para saquear dineros públicos, matraquear judicialmente a miles de empresarios privados, traficar drogas, controlar el negocio de las cárceles, los bancos públicos, compañías ligadas a PDVSA, CVG, CANTV, Corpoelect, alcabalas “rentables” de todo tipo, desde aduanas y fronteras hasta redes de narcotráfico, de crédito bancario, de suministros de la despilfarradora mafia de distribución alimentaria, transportista, combustibles etc.
La dictadura chavista es original y sólida porque descansa sobre el “consenso social” del reparto masivo, en esta etapa de vacas gordas petroleras que la hizo viable. El chavismo con barril de petróleo a 20-30 dólares se iría al demonio en pocos meses.
Han logrado, en 14 años, montar una casta media de origen lumpen, que no abandona normalmente su hábitat en sus zonas populares, pero extendiendo su ocupación en los cascos urbanos.
La expansión geográfica de la mancha social de la casta próspera roja es un hecho, pónganles el nombre viejo o nuevo que sea a ese “territorio comanche” y vean como avanza con una línea que “ranchifica” el paisaje, pero que igual denota innegable prosperidad y movilidad social de sus nuevos ocupantes, aunque su piso económico sea de una fragilidad extrema, porque descansa sobre la rebatiña de dineros públicos, pero que igual dan estabilidad a ese modelo distributivo, que ha ido copando la mayoría de los intersticios del capitalismo rentista y parasitario de la Venezuela petrolera.
El Estado cuya nomenclatura y nómina fue multiplicado por tres, ha sido copado en por lo menos dos tercios por clientes rojos a la cabeza de los cuales la casta militar asoma con el grueso de los privilegios con licencia para la depredación en todas sus formas CONCIENTEMENTE CONSENTIDAS por el presidente en persona que tiene así la rienda corta a miles de sus adeptos de la elite, que a su vez tienen los hilos de millones de los beneficiarios de la manguangua.
Esto es un sistema, un modelo económico social, cuyo vértice de poder es el régimen político con todas las instituciones a su servicio desde los PRANES en las cárceles, pasando por el CNE, el sistema de “justicia” la fiscalía, los entes policiales, etc y a la cabeza de todo: el poder ejecutivo con el sistema militar jerarquizado ejerciendo el control y la mafia castrista del PC cubano detentando las palancas fundamentales de mando por la vía de la autoridad omnímoda de Chávez única instancia de apelación y arbitraje, desbordado hace tiempo, para cualquier decisión de indulgencia a delitos y delincuentes, distribución de recursos, canonjías, dolos etc.
Cuando Chávez habla, defendiendo su régimen y exigiendo la capitulación anticipada al candidato insultado que la oposición designó, está precisamente señalando que SU SISTEMA está diseñado a prueba de confrontaciones electorales, que se han invertido demasiados millones de dólares y puesto a prueba ingentes cantidades de clientes leales para seguir ostentando continuidad de su dictadura y quien osare desafiar este sistema debe o resignarse o ser obligado a pelear armas en la mano contra poderosos factores de monopolio de violencia que detenta él mismo como garantía ultima y expresa de que no dejarán sustituirse.
El punto de fragilidad extrema de este régimen NO ES perder elecciones presidenciales, que para ellos ni siquiera cuenta como eventualidad en sus cálculos reales. El chavismo consiente hasta la pérdida de varias gobernaciones y Alcaldía importantes, siempre y cuando sigan dentro del esquema de apenas distribuir y ser cuentadantes lo que dentro del contexto del reparto clientelar global son migajas para mantener a raya a estómagos opositores.
La vida del régimen esta inextricablemente unida a la salud del Comandante: si esta falla, se deteriora y muere por cáncer como es lo anunciado, con todavía un año plazo de gracia, por el médico Salvador Navarrete, quien fue el que expuso originalmente el tema y paga con su exilio la veracidad de este pronóstico, lo que puede desde ya asumirse, es que el régimen no dejará desplazarse a no ser por una insurrección civil triunfante por cuanto su aquilatadamente fraudulento sistema electoral, le garantiza exigir sumisión desde ahora y particularmente el 7 de octubre en la noche.
La principal garantía que tiene Chávez para permanecer en el poder es que habiéndose ya probado una vez más su esquema dictatorial, validado electoralmente por su CNE y sus FAB, el señor Capriles, dada su principal responsabilidad en la conducción de la oposición, y conociendo su trayectoria, ideas y sobre todo el posicionamiento de sus mecenas financieros, resolverá no convocar a la lucha contra el fraude y se someterá, quedando por discutir solamente el grado de esa sumisión.
Quienes estamos absolutamente convencidos de este análisis y pronóstico, igualmente llamamos a votar por el señor Capriles, para ayudar a que pueda verificarse un accidente político, que dado el agotamiento radical de la dictadura, que a leguas se ve agrietada en sus bases de sustentación, termine abriendo una brecha , una poderosa grieta, por donde se cuelen acontecimientos imprevisibles para el dictador, para los Castro y para todas las fuerzas y agentes corruptos que sustentan este régimen pestífero.