La estrategia electoral
Quienes saben de estas cosas sostienen que un mal candidato con una buena estrategia tiene más posibilidades de salir victorioso que un buen candidato con una mala estrategia. Como podemos apreciar, lo de la estrategia no es desdeñable, pero es importante recalcar que debe ser desarrollada por líderes políticos con conocimiento práctico del oficio.
No son pocos los políticos que muestran escepticismo sobre este particular. Uno de ellos en conversación reciente, me observo que Rómulo Betancourt nunca busco estrategas para que lo asesoraran. Es cierto. Él no busco la asesoría de estrategas electorales profesionales, que por lo demás, no existían para la época, pero se guió por una estrategia meticulosamente concebida por el mismo. Cuando después del 23 de enero, Rómulo Betancourt regresa del exilio soportaba un hándicap formidable: Era un trapo rojo para los militares y para las fuerzas vivas. Es más, el Ministro de Defensa de Larrazabal, General Castro León, sostenía que no debía permitírsele el regreso del exilio. Con tenacidad desarrolló una estrategia para borrar aquella imagen inhabilitadora, con resultados sorprendentes. Fue electo Presidente de la República en las elecciones de 1958, cumplió su período enfrentando exitosamente sucesivas conspiraciones militares reaccionarias y derrotando la subversión armada del Partido Comunista y del MIR, que habían abierto varios frentes guerrilleros con la participación de milicianos cubanos y con financiamiento de Fidel Castro.
Eso fue hace cincuenta (50) años. Hoy el escenario se ha modificado radicalmente (piénsese solamente en las redes sociales). Ni siquiera un líder de las características excepcionales de Rómulo Betancourt podría repetir esta hazaña política. Un candidato presidencial en la actualidad necesariamente debe estar asistido de un equipo de asesores políticos de probada idoneidad y experiencia, con personalidad, que no teman expresar sus puntos de vista. Un candidato que se rodeé de subalternos temerosos a expresar una opinión discrepante, corre riesgo de fracasar.
El escenario en el que se enfrentarán los candidatos presidenciales (deberían ser dos, uno por el PSUV, otro por la Alternativa Democrática), aparece poco despejado. Se perciben nubarrones de tormenta. Los aspirantes a la sucesión presidencial parece que no se avienen a una transición pacífica. Quieren pelea. Privilegian la pólvora sobre la materia gris. Este será factor muy importante a tomar en cuenta para definir la estrategia electoral de la alternativa democrática.
El martirio del Comisario Iván Simonovis evidencia la capacidad infinita de odio del Presidente Chávez.
Chávez sacó a Venezuela de la órbita del imperialismo yanqui para entregarla al insaciable imperialismo chino al naciente y voraz imperialismo carioca.