Un boliburgués salta la talanquera
No es nada nuevo esto de chavista uña en el coxis brincando talanquera. De la camada original hay muchísimos arrepentidos por diversas razones que van desde los más puros principios ideológicos hasta las más altas cuentas que no cuadraron. Hay de todo.
Aponte Aponte, un chavista consumado. Velázquez Alvaray, aunque con cirugía plástica integral, es el mismo que se cortaba las venas por Chávez. Pero ya dijeron lo que dijeron. Y seguramente dirán más allá en terrenos del imperio. Es tiempo de salvar los pellejos, sean imperialistas, neoliberales o socialistas. Eso es lo de menos. Si esto sigue así no queda mucho tiempo para seguir sacando dólares a un socialismo militar cobero y mañoso. Es tiempo de salvar la cochina. Muchos están en eso y habrá más.
Saltaron la cerca militares, sindicalistas, abogados, magistrados, dirigentes, parlamentarios, periodistas, empresarios, dueños de medios. De todo un poco. Hoy tenemos un caso inédito. Un boliburgués listo para retomar las veredas tropicales de la salvación. Todo empezó en la tarde por Twitter, ya casi no hay otra vía. Esta noche a las 8:30 pm un adinerado chavista, antiguo pata en el suelo, dirá toda la verdad y dejará al chavismo definitivamente. Otro twitt aclaraba: para sintonizar la transmisión péguese a www.zacatatvint.com y vea la exclusiva mundial. Un chavista se arrepiente de tener real y vuelve a sus raíces. Y llegó el esperado momento:
«Hoy, con la mano en la cartera, me dirijo al país desde esta tierra de Florida para reafirmar mis valores patrióticos y venezolanos. Me arrepiento y les pido perdón. Cuando Chávez llegó al poder, igual que yo, pata en el suelo declarado, resentido encaletado y con ganas de hacer mucha plata, no pelé la oportunidad. Comencé cobrando comisiones por construir un cultivo organopónico o sacándole plata a los buhoneros por dejarlos trabajar en las aceras hasta llegar a las grandes ligar de los bonos, títulos de deuda o notas reestructuradas y alcanzar la cima en Cadivi, BCV y Pdvsa. Tengo plata pareja. Mansiones en Miami, cría de caballos finos en el imperio, muchos carros, yates, avión privado. Mis hijos también hacen real parejo, junto a otros pichones de la cuarta y quinta, con el Sitme desde Miami y Nueva York. Esto es caviar, viajes, mayordomo y todo nuevo. Se acabó esa odiosa pelazón. Pero ya no puedo más. Me arrepiento de todo mis pecados chavistas. Quiero volver a ser el mismo pelador de esféricas histórico que era, el más bruto del salón y de la promoción. No puedo robar más al pueblo ni a mi país. Devuelvo todo lo que tengo. Hasta el yate que me regaló el general Pañuelo Rojo. Todo.
He comprobado que ser rico es malo. Perdóname pueblo».