Otra oportunidad para Venezuela
En una flagrante violación a los más elementales principios constitucionales y éticos de una Nación, Un mandatario lleva días desaparecido sin que se sepa oficialmente como está, como se supone estará y cuáles son las posibilidades reales de ubicarlo en una campaña electoral convulsamente detenida por la adversidad de un cáncer que tampoco estamos seguros si es esto o lo otro, si ha sido “controlado” y ofrece seguridad a un hombre que lleva en sus hombros el destino de millones de personas detenidas en el espacio de las especulaciones y la desinformación. La inmensa red de televisoras y radios oficialistas trabajan arduamente.
Chávez llegó visiblemente desmejorado y cantó, de inmediato nos obligaron a una cadena cursilísima que comenzó muy subliminalmente con la figura sobre la bandera. Pero es muy difícil obviar la ausencia absoluta, porque siempre no sólo ocupaba mucho espacio sino que la dosis aceptable para cualquier ser humano de agresión era superada con creces por los insultos, provocaciones y amenazas vociferadas incitando siempre a la venganza y el odio. Por más que traten, cualquiera de sus segundones, no logran acercársele.
La vida nos ha dado la oportunidad perdida en el tiempo vivido de imaginarla tan cerca, de enfrentarnos a una Venezuela sin Chávez. Porque nos hemos acostumbrado a una angustiada, reactiva, esperando siempre el ataque para contestar, reclamar o lamentar con un solo y único actor sobre el escenario imponiéndose forzosamente sobre nuestras emociones, trastocando sentimientos y principios. Y eso dejó de ser.
Y poco a poco, paso a paso, una contra figura moderna, sencilla, sonriente, toma el espacio sin empujones ni vulgaridades, con vigoroso empeño, Capriles Radonski dice lo que se debe decir, se mueve seguro en un marco disciplinado y entusiasta, convocando sin estridencias lo mejor de Venezuela. Ya es hora de ver la luz…de rescatar la fe tantas veces puesta a prueba en tantos hechos jamás imaginados, tantas corruptelas y traiciones.
Allí están presos todavía los comisarios… allí están los presos obligados, por condiciones similares a lo “conocido” del Comandante, liberados a la fuerza por una “humanidad” que los mantiene ausentes de las vidas de sus familias, agraviados mil veces por el discurso hostil. Allí están los perseguidos que tuvieron que irse del país y allí, en todas las pantallas del mundo, las denuncias del poder corrupto y perverso que descalifica a Venezuela en una imagen terrible de narcos, asesinatos, lavados de dinero , índices aterradores de violencia. ¿Qué tendremos que enfrentar mañana? ¿Cuándo y cómo emparejaremos el paso en esta desigual lucha por la prosperidad y la paz, por la unión y la decencia? ¿Qué nos despertará y pondrá otra vez a prueba nuestro corazón?