Gavi y Yamal guían al Barcelona a la final de la Supercopa de España tras batir al Athletic
Los tantos de Gavi y de Yamal coronaron un partido en el que los culés fueron superiores frente a un rival mermado al no poder contar desde el inicio con Nico Williams
El Barcelona volvió a encomendarse a Lamine Yamal para firmar su pase a la final de la Supercopa tras derrotar al Athletic Club (0-2) en otra demostración de la joya azulgrana que redondeó una velada con doble festejo después del ‘indulto’ a Dani Olmo y Pau Víctor para ser inscritos de nuevo.
Los tantos de Gavi y de Yamal coronaron un partido en el que los culés fueron superiores frente a un rival mermado al no poder contar desde el inicio con Nico Williams y cuyos despistes le condenaron a ver rota su racha de quince partidos consecutivos invicto, tal como destaca Efe.
El subidón por la noticia de Olmo y Víctor y el retorno de Yamal se tradujeron en que el Barça tomó la iniciativa desde el comienzo, ante un Athletic que aceptó el enroque para contener el ímpetu azulgrana.
El fruto tardó poco en llegar y a los dos minutos, Koundé, a pase del joven extremo, tuvo la primera, pero Unai Simón la repelió.
De inmediato, otro zarpazo por el mismo costado, con balón al área, donde Raphinha voló para empalar la pelota, que se fue ligeramente por encima del larguero.
El tercer aviso vino poco después, también por parte del extremo brasileño, con un lanzamiento de falta con picardía que no pilló por sorpresa al meta rojiblanco.
Los arreones no desorientaron a los ‘leones’, que se sacudieron algo la presión, aunque romos en ataque por la orfandad de estiletes, ya que tampoco contó con Sancet al no recuperarse del todo de su lesión.
Cuando el peligro parecía que procedía de los dominios de Yamal, llegó la triangulación entre Pedri y Balde por el otro lateral, completada por Gavi en el corazón del área para poner el 0-1 en el minuto 17, su primer tanto después de más de un año y dedicado con rabia a Olmo.
El gol ofuscó al Athletic, al que le siguió acechando el peligro, con un rebote en la parte trasera de Lewandowski a despeje de Unai Simón y, tras un error de Paredes, una nueva acción de Raphinha que Yamal tampoco concluyó en el rechace.
La primera ocasión clara de los rojiblancos en ataque la protagonizó Iñaki Williams, el más entonado de los bilbaínos, con una incursión por la derecha, pero a pesar de disponer de tiempo para trazar el pase, no logró desembocar en Guruzeta.
También Jauregizar tuvo un tiro cómodo desde la frontal que se fue alto y al rato, Yuri Berchiche cabalgó por su banda para cruzar un pase que cortó atento Szczesny.
El meta polaco, una de las sorpresas del once de Flick, pasó a cobrar protagonismo en su equipo, que se desdibujó en la recta final de la primera parte cuando el choque se embarulló.
En el revoltijo, el Athletic se sintió más cómodo y al filo del descanso, tuvo el empate con otra incursión de Yuri. El mayor de los Williams alcanzó el balón en el primer palo, pero Szczesny la despejó en su mejor parada.
El segundo acto comenzó calcado al primero y Yamal volvió a tomar el mando para dejar claro sus galones con un público saudí entregado a sus destellos.
El extremo de Esplugues puso la guinda a su actuación con el segundo tanto, una obra perfecta de control orientado y disparo inapelable con la zurda tras pase de Gavi, después de una sucesión de errores encadenados de los jugadores del Athletic.
Con la semifinal certificada, Flick retiró a Yamal para reservarlo ante la final, al tiempo que Ernesto Valverde introdujo a Nico Williams con el fin de intentar obrar el milagro.
El partido viró y los bilbaínos, con De Marcos y Mikel Vesga también en el campo, disfrutaron de los mejores minutos gracias al tándem de los Williams, que dieron un par de avisos con los que el cuadro vasco se reanimó, al tiempo que el Barça regresaba a su fase más gris con la que cerró el año.
En el minuto 81, el Athletic pareció resucitar la semifinal con un tanto de De Marcos anulado por fuera de juego.
El VAR volvió a salvar a los de Flick cinco minutos después, aunque esta vez con polémica, al no autorizar el gol de Iñaki Williams por venir precedido de un leve toque de Djaló cuando parecía que había sido De Jong el último en golpear después de un error mayúsculo que evidenció la irregular temporada del neerlandés.
Revisada la imagen y con el balón en el centro del campo, Ortiz Arias rebobinó la acción y el partido languideció ante la resignación de un Athletic que no pudo contrarrestar la magia de Yamal.