Tabaquismo
Hay más de 4,000 sustancias químicas en el humo del cigarrillo o en cualquiera de los productos de tabaco como el chimó. La nicotina, es su principal componente adictivo del tabaco.El hábito de fumar cigarrillos es el método más popular de consumo de tabaco. Sin embargo, recientemente también se ha visto un aumento en la venta y consumo de productos de tabaco sin humo, tal como el tabaco de mascar o “Chimó”. Estos productos sin humo también contienen nicotina así como muchas otras sustancias químicas tóxicas.
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Al inhalar el humo de tabaco, el fumador promedio consume entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo. La nicotina llega rápidamente a sus niveles máximos en el torrente sanguíneo y penetra en el cerebro. Un fumador típico inhala 10 veces a lo largo del periodo de 5 minutos en que el cigarrillo está prendido. Es así que una persona que fuma una cajetilla y media (30 cigarrillos) por día, recibe 300 inhalaciones de nicotina diarias. En el caso de las personas que generalmente no inhalan el humo, como los que fuman pipas o cigarros y los que consumen tabaco sin humo, la nicotina se absorbe a través de las membranas mucosas y alcanza los niveles máximos en la sangre y en el cerebro más lentamente.
Inmediatamente después de haber sido expuesta a la nicotina ocurre una una descarga de adrenalina. El “rush”, es decir, la sensación inicial intensa debido a la adrenalina, que estimula al cuerpo y causa un aumento en la presión arterial, la respiración
y la frecuencia cardiaca.
La nicotina es una sustancia altamente adictiva. La adicción se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de la droga, a pesar de las consecuencias negativas para la salud, por eso la mayoría de los fumadores considera que uso del tabaco es un hábito dañino y expresa el deseo de reducir o descontinuar su uso. Muchos lo intentan pero desgraciadamente, más del 85 por ciento de los que trata sin ayuda recae en menos de una semana.
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Las investigaciones muestran cómo la nicotina actúa sobre el cerebro activando los circuitos del cerebro que regulan los sentimientos de placer, es decir el llamado circuito del placer (por cierto también activada por placeres naturales no dañinos). La nicotina aumenta los niveles de dopamina en los circuitos de gratificación. Esta reacción es similar a la que se ve con otras drogas de abuso y se cree que es la causa de las sensaciones placenteras que sienten muchos fumadores.Cuando se fuma un cigarrillo, hay una distribución rápida de la nicotina al cerebro, sin embargo, los efectos se disipan rápidamente por lo que el fumador necesita fumar de nuevo en corto tiempo, por eso puede consumir muchos cigarrillos diarios para evitar el síndrome de abstinencia.
Entre los síntomas del síndrome de abstinencia de la nicotina se encuentran la irritabilidad, los deseos vehementes de consumir la droga (“cravings”), déficit de atención, perturbaciones en el sueño y aumento del apetito. Estos síntomas pueden comenzar a las pocas horas después de haber fumado el último cigarrillo, haciendo que las personas vuelvan a fumar. Los síntomas llegan a su punto máximo en los primeros días después de haber dejado el cigarrillo y se pueden aplacar en unas pocas semanas. Sin embargo, para algunas personas los síntomas pueden durar meses.Para algunas personas, el hecho de sentir, oler o mirar un cigarrillo, así como el rito de obtener, manipular, encender y fumar el cigarrillo, están asociados con los efectos placenteros de fumar y pueden empeorar los síntomas del síndrome de abstinencia o exacerbar los deseos por fumar.
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