Sin Instituciones no hay Progreso
Los ganadores del Premio Nobel de Economía 2024, Daron Acemoglu, Simón Johnson y James Robinson, fueron reconocidos por su valiosa investigación sobre cómo las instituciones influyen en la prosperidad de las naciones.
Su estudio destaca que las instituciones inclusivas —aquellas que promueven la participación amplia y protegen los derechos— son fundamentales para el desarrollo económico. En cambio, las instituciones extractivas, caracterizadas por la concentración de poder y fragilidad, perpetúan la desigualdad y frenan el progreso en los países donde prevalecen.
Las instituciones inclusivas permiten una participación generalizada de la población en la economía, alentando la toma de decisiones individuales y garantizando derechos como la propiedad privada y un sistema legal justo. Las instituciones extractivas, por el contrario, concentran el poder y los recursos en manos de una élite, excluyendo a la mayoría de la participación política y económica. Esto mantiene a muchos en la pobreza y limita el desarrollo, ya que solo un pequeño grupo se beneficia del sistema.
Lamentablemente, esta es aún la realidad predominante en muchos países de América Latina y África. Solo cuando estos países implementen reformas profundas en sus instituciones podrán superar su estancamiento en crecimiento y desarrollo económico.