Alcoholismo en Venezuela
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El uso de sustancias lícitas o ilícitas por la población general es uno de los problemas de salud pública más preocupantes en el continente americano. De todo el grupo de sustancias capaces de ser abusadas, y producir efectos dañinos a la salud, el alcohol y el cigarrillo son las sustancias más consumidas. El hecho de ser sustancias de uso legal, de fácil acceso y disponibilidad, y debido a los patrones culturales imperantes, se ha difundido su uso. Si nos detenemos a revisar el porcentaje de población adulta que consume alcohol regularmente así sea de manera social y controlada en América latina fácilmente supera la mitad de la población si tomamos en cuenta los dos sexos, y más del 80% en el caso de los varones. De esos consumidores, un porcentaje apreciable abusa de alcohol regularmente o es alcohólico.
La realidad Venezolana no es distinta a la reportada en otros países latinoamericanos. Según un trabajo de investigación realizado en personas mayores de 18 años en nuestro país se encontró que 84.7% de la población Venezolana adulta consume alcohol , y que cerca de la mitad de la población masculina mayor de 18 años bebe regularmente de manera excesiva.
Se calcula que el alcoholismo en Venezuela se presenta en uno de cada diez adultos varones y una de cada treinta mujeres. Para darse una idea de la magnitud del problema, esto puede querer decir que en uno de cada diez hogares existe un alcohólico, con todas las consecuencias familiares, económicas y sociales que eso puede significar.
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Si examinamos las cifras que se refieren al porcentaje de adultos varones que no siendo alcohólicos, sin embargo abusan de alcohol frecuentemente encontramos que por lo menos uno de cada tres varones tiene un patrón de consumo frecuente de abuso. Esta es una costumbre social tolerada y muchas veces auspiciada entre varones ( y ahora cada vez más entre mujeres). Las consecuencias en términos de accidentes de tránsito, homicidios, suicidios y complicaciones de salud son importantes. Solo para darse una idea, en una investigación que hicimos en pacientes hospitalizados en el Hospital Universitario de Caracas, encontramos que uno de cada tres pacientes hospitalizados por cualquier causa presentaba un patrón de abuso frecuente de alcohol, y que esa costumbre de beber en exceso estaba directamente relacionada con la enfermedad que lo tenía hospitalizado. Eso es lo que se llama bebedor riesgoso, es decir aquel que consume excesivamente alcohol, y como consecuencia de ello tiene riesgo de sufrir problemas de salud.
Cuando se investigó la población joven, de los barrios humildes, se encontró que 65.6% de las personas entre 26 a 44 años de edad consume alcohol de manera excesiva ( dos de cada tres varones). Este es un problema significativo debido a que se trata de población joven que ya presentan un problemas relacionados al uso de alcohol que puede limitarlos en su vida familiar, social y productiva. La costumbre de beber después del trabajo o de pasar los fines de semana bebiendo es un patrón cultural muy arraigado y se transmite directamente a los jóvenes. Se trata de una conducta permitida socialmente. Las mujeres y las familias son las que más sufren las consecuencias de esta conducta.
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