La imparcialidad del progresismo mexicano
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha alegado los principios de no injerencia en asuntos externos y de respeto a la autodeterminación de los pueblos para mantener lo que considera una “posición imparcial” sobre Venezuela.
Llama la atención, que como línea de su política exterior, aspira México a tener un liderazgo importante en la región, que le será imposible con posiciones tibias frente a los principios democráticos.
Precisamente, el 28 de julio los ciudadanos venezolanos se expresaron, y es la determinación del pueblo a través del evento electoral, lo que varios gobiernos intentan hacer valer.
Cuando todavía estaba en funciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador, indicó que había que esperar la divulgación de las actas electorales en Venezuela por parte del CNE para tomar una determinación, lo que nunca ocurrió. Ahora, para Sheinbaum, ni eso es necesario.
Mucho más contundente, fue López Obrador con respecto al presidente argentino, Javier Milei, de quien dijo que no comprendía cómo los ciudadanos argentinos habían votado a un político que “desprecia al pueblo”, claro, Milei es de derecha. Como diría el paisano de Sheinbaum y López Obrador, Mario Moreno Cantinflas: “Ahí está el detalle”.