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Debacle de nuestra propia inspiración

La situación actual que vive nuestro país nos hace recordar nuestro pasado colonial. Y de ese pasado, cómo no admirar la valentía que habrían experimentado los intrépidos habitantes que en 1810 enfrentaron a Don Vicente Empáran en el Cabildo de Caracas.  Acción que encendió la torcha de una revolución continental que nos hizo libres luego de la derrota de la mayor potencia mundial de la época.  

Tras el éxito de esa lucha, llegaba el momento de elegir el modelo de gobierno.  Sin embargo, nuestros constitucionalistas tenían pocos modelos para elegir.  Del lado europeo tenían el absolutismo de la monarquía española. En las Américas solo los Estados Unidos habían logrado su independencia y a la época,  ya tenían 25 años de experiencia democrática.

Confiados en esa experiencia, nuestros constitucionalistas, propusieron para Venezuela un sistema de gobierno similar al de ese país.  Lo proponían porque consideraban que nuestro pueblo contaba con cualidades y atributos similares a los que había demostrado tener el pueblo americano.  Esto constituía en sí, una clara hoja de ruta para las generaciones que les tocaba desarrollar el nuevo país.   Pero a la hora de demostrar el orgullo de ser libres, les faltó y todavía hoy les ha faltado visión de  grandeza y de proyección hacia el futuro.  Al final, decidieron rechazar el modelo constitucional recomendado por nuestros héroes.

Entre tanto los EUA continuaron desarrollando una sociedad democrática en conformidad con la constitución de 1787.  Imaginaron una constitución para la eternidad,  bajo la cual viven hasta el día de hoy. Su texto original es un monumento intocable que solo admite enmiendas para mantenerla actualizada, a la par de la evolución social.  Así, rápidamentela sociedad aprendió a gobernarse y  a regirse por los poderes constitucionales y por sus instituciones gubernamentales, independientes en sus funciones, y dotadas de gran poder coercitivo para hacer cumplir las leyes, dejando poco espacio a la impunidad.  Dentro de ese ambiente , el ciudadano goza de la libertad, de la seguridad y de la tranquilidad necesarias para  desarrollar la educación, la economía, la ciencia, la innovación y la tecnología, temas claves para el  desarrollo del país.

Nosotros entre tanto, lo que hemos construido es la peor tradición de nuestro sistema republicano. En ese laberinto, sin rumbo, hemos enterrado las ideas de nuestros héroes en un cementerio de constituciones.  Hemos perdido 200 años sin saber que hacer ni  entender lo que propusieron nuestros héroes,  que no era otra cosa que fundar una república, basada en el imperio de la ley, al estilo del de Estados Unidos. 

En todo caso, entendemos que como seres humanos, todos por igual, poseemos  vicios y virtudes que modelan nuestro comportamiento. Pero en  el camino, no hay igualdad en la manera en que uno distingue entre el vicio y la virtud.  Nuestros gobernantes han dejado de lado el camino de la virtud.  Por esta razón, se puede deducir que la debacle que hoy sufre el país es congénita y de nuestra propia inspiración, resultado de la sistemática violación del Estado de Derecho, de los postulados constitucionales.

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@kuikax

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