La canasta hambreante de todo famélico
Aludido por los hechos tan obvios, sobre el pasado mes de julio, de una campaña electoral bufona, gravosa, condescendiente y presta con miras a la ratificación o convalidación del ejercicio detentado de la presidencia de la República, cuyos costos tuvieron su incidencia específica en el costo de vida (inflación subyacente, aunque los tecnócratas y otros versados en la materia señalan; incluso, el FMI, que la inflación se está desacelerando (¿?). No obstante, pese al anclaje durante lo que ha transcurrido de año a una tasa de cambio oficial en unos Bs 36…, /dólar, la canasta familiar ha sobreexcedido un millar de USD, en un país donde el 90 por ciento de su población carece de alcance económico como para asumir tal situación empobrecedora y hambreada, proclive a depauperación, anemias perniciosas y osteoporosis, entre otros. Ínterin el régimen continuará culpando del hecho a la que ha denominado neciamente, como“ultraderecha” fascista confabulada con la oposición que se le enfrentara tan audazmente y sin tretas, durante las campañas, desde el 28/10 hasta el 26/7.
Tal canasta representa un factor o indicador apartado íntegramente, de la disposición constitucional prevista en el artículo 91, sobre el ajuste cada año del salario mínimo vital, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica; ajuste que ha sido sustituido por bonos fantasmas de montos no tan fijos, que ni aun momentáneamente suplen contingencia o necesidad alguna de urgencia, dada la inestabilidad monetaria y la inflación también dolarizada en una economía decaída y diferida con un déficit recurrente por una disposición o formulación incierta del presupuesto nacional, de incidencia directa en el gasto público, así como en toda política socioeconómica, a traducirse en inflación.