Una reflexión ante la dinámica de la vida
A veces los tiempos hacen que mengüen proyectos que, un momento atrás, se alzaban como imperdibles. Pero la historia evidencia que todo termina haciéndose ver como un gran engaño cometido en pos de exaltar ciertos intereses, Sólo que, por lo superfluo del proyecto, se desorientó hasta su desaliento extremo. Para luego, desaparecer en términos de la debilidad que lo acogió en el regazo de consternación frente al cual, finalmente, sucumbe.
Realidades así, sorprenden no sólo a quienes fueron sus adalides y adeptos. También, a sus autores.
El problema por dentro
La vida del ser humano, se topa con la explicación que bien detalla el problema. Es la que reconoce cuántas rarezas configuran la esencia de todo cuanto se moviliza en el ínterin de la existencia del hombre. Ahí, se divisan todas las formas que tienen cabida bajo lo que políticamente se identifica como “organización”.
Aunque tales realidades parecieran contradecir la vida en el contexto del bienestar al cual todo evento y organismo aspira lograr, muchas cosas y sucesos se confabulan en contra de sus propias existencias. En consecuencia, repentinamente desembocan en una confluencia caracterizada por condiciones que invitan a sumarse a un lado o al otro.
Es como si se tratara de un juego el cual conduce a un campo en el que la elección o decisión a encarar, opera desde la perspectiva que mejor pueda apreciarse. Sin embargo, en el fondo de tal situación se incita a escoger una posición que apuesta a cuadrarse con alguno de los lados ofertados. Pero al verlos con la lupa de la libertad, la invitación cursada destaca la posibilidad de seleccionar entre dos rumbos contrarios. Uno, inclinado hacia donde la incertidumbre es dominante. El otro, hacia donde la prudencia guía los destinos.
La historia como componente
En ambos lados, las circunstancias obligan a que los proyectos (de vida) se conviertan en realidades inminentes y concluyentes. Pero, para que lo arriba expuesto se comprenda, o para se interprete el fondo de la motivación que suscribe estas palabras con la mayor claridad posible, habrá que insistir en revisar la historia política contemporánea.
Particularmente, por cuanto la historia política nacional, en cualquier contexto geopolítico, le infunde el sentido pertinente sobre el cual esas cosas y sucesos que se han confabulado contra sus propias razones de ser, comiencen a justificarse. Especialmente, de cara a los problemas que hoy vuelven a surgir. Tan insidiosos, azarosos y riesgosos, como bien llegaron a comportarse en otrora.
De ahí la necesidad de dedicar un momento a meditar en torno a las variaciones políticas que la vida misma, determina. Es decir, a animar una reflexión ante la dinámica de la vida.