¿Licencias OFAC en jaque?
Por el descaro de un régimen absolutista y ácrata sobre las bases sediciosas de un castrocomunismo que desde 1960 hizo involucionar a la isla caribeña de Cuba, bajo un pretendido seudoigualitarismo, que se tradujera tanto allá como ahora aquí mediante una supuesta “Revolución Bolivariana”, anquilosante, retardatoria y lerda por su filosofía del poder por el poder, según la avidez personal y particular de sus líderes en jefe, en su momento político, hoy a manos de Nicolás Maduro Moros, sucesor o legatario del comandante supremo y eterno, Hugo Chávez F, sedicioso improvisado y aparecido derrompe durante un madrugonazo habido martes 4/2/1992, quien tras pautas de bavalawos afrocubanos hollase inescrupulosamente, las cenizas sagradas del padre de la Patria, Libertador Simón Bolívar, durante una aurora entre gallos, sigilos y relampagueos. Y, que gracias a los despropósitos recurrentes de ambos llevarían al país junto con su gente hacia un voladero de cima tridimensional del cual ha sido muy dificultoso aflorar precisamente, cuando la economía nacional podría reflotar, el señor presidente Maduro incurre por desafueros de compromisos acordados con EEUU, que habían motivado la flexibilización de sanciones –supresión limitada de las mismas contra Venezuela mediante licencias generales nuevas y modificadas de la Ofac, EEUU en consideración y reflexión sobre las actitudes patrañeras de Nicolás Maduro, durante el desarrollo de los comicios presidenciales del 28/7, quizá paralice la gracia o magia de las licencias a empresas petroleras para operar en Venezuela, si la situación venezolana tiende a enrenvesarse, según tanteos de expertos y, en efecto, baja de los bonos de la República y de Pdvsa, hasta tanto se clarifique la crisis política-institucional. Pero, sin retorno a la negativa de transar estos papeles, ya que tal decisión volvería a vulnerar a muchísimos inversores estadounidenses.
Asimismo, es de esperarse que tanto EEUU como América Latina y los propios venezolanos jamás aceptaríamos y con rechazo ostensible, en nuestro país un pretendido escenario opresivo de genuflexos, tipo “cubanización”.