En medio del cese al fuego
El país colombiano no está tranquilo. Dos pactos de Cese al Fuego con los insurgentes del ELN y el Estado Mayor Central (EMC) de las Disidencias de las FARC forman parte del decorado dentro del cual se mueve el país. El silencio de las armas es el que debería garantizar el avance de las negociaciones de paz con ambos grupos guerrilleros. Uno de los compromisos, el del EMC venció esta semana que finaliza, el otro, el del ELN, terminará en agosto.
No todos los bloques armados que son parte de las disidencias beneficiaron de una extensión del cese al fuego que tuvo lugar hace pocos días y ello ha creado una situación de enfrentamiento en extremo compleja para el mandatario entre el gobierno y 24 estructuras ubicadas en la zona amazónica, en el oriente, el centro y el suroccidente del país comandadas por Iván Mordisco.
Desde meses atrás, en el Valle del Cauca, Cauca y Nariño, venían siendo notorios los incumplimientos del compromiso de dejación de las armas de parte de los grupos bajo su comando y allí se han tornado frecuentes y sangrientos los ataques a la ciudadanía.
Este conocido líder guerrillero amenazó hace pocos días al gobierno con hacer fracasar un esfuerzo de gran espectro internacional que se está organizando en Colombia para antes del fin del año. Se trata de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad COP16, que tendrá lugar entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre en Cali. Este es el encuentro mundial más importante y visible sobre la biodiversidad para la cual el gobierno viene desarrollando con extremo detalle un gran dispositivo de seguridad.
En torno a este evento es notorio para los colombianos el ambiente de colaboración que han desarrollado las fuerzas del orden internas y sus comandos élites con los Estados Unidos, de forma tal que se consiga minimizar el riesgo de terrorismo durante el evento. Los elementos tecnológicos, de inteligencia artificial y de equipamiento de esta cooperación son realmente de avanzados, pero el componente humano – 4000 efectivos- no es tampoco deleznable: 200 integrantes de la policía han sido formados en el norte para esta ocasión, incluyendo comandos “SWAT”.
El grupo de Mordisco, pues, se ha concentrado en este amenazar el desarrollo de este evento y ha sido lapidario al asegurar que la COP16 fracasará “aunque Petro militarice con gringos la ciudad” y ha declarado que “el Cauca y Colombia están asqueados de los planes cívico militares disfrazados de acciones de desarrollo, que usted pretende imponerles a los alcaldes”. Para ello esta guerrilla está calentando el ambiente con ataques continuos a la población de las zonas aledañas a la capital del Valle del Cauca.
Esto mantendrá en vilo al país entero en los meses a venir.
Pero, además, otro hecho de gran trascendencia viene ocurriendo y es el involucramiento de la administración actual en la financiación de la guerrilla del ELN, una acusación que se encuentra en pleno desarrollo. En declaración ante la Corte Suprema de Justicia, el exdirector de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Olmedo Lopez, habría denunciado haber recibido instrucciones del gobierno de Petro de destinar contratos a la guerrilla del ELN. Este bloque guerrillero exigía del gobierno fondos para el mantenimiento de sus integrantes si la guerrilla debía acatar la obligación de no extorsión y de no secuestros durante el proceso de negociación de paz y de los acuerdos de cese al fuego. Formas de corrupción como estas – de probarse su veracidad- ponen en entredicho no solo la probidad sino la autoridad gubernamental y su capacidad de involucrarse de manera seria en un proceso de pacificación con los alzados en armas. En este episodio estarían comprometidos militares de alta gradación, ministros, funcionarios, contratistas, ninguno de los cuales actuaban por iniciativa propia.
Decíamos al inicio de esta entrega que el país colombiano no está tranquilo… lo que está en juego no es solo la Paz Total, el principal proyecto de la administración Petro. Está en juego bastante más que eso.