Los insultos y exabruptos por argumentos electoreros
Infame, procaz y hasta cobarde la actitud del señor presidente Maduro, ya adulto mayor (sexagenario) al irrespetar a otra persona; también adulto mayor, de la condición del doctor González Urrutia al tratarle bajo el epíteto de “decrépito” y al grupo que le aúpa por consenso unánime e incondicional como “oposición corrupta”, cuando tal vez “Hinterlaces” le está revelando que no es presidenciable ante un rival tutorizado por la talla de la sra doña María Corina Machado Purisca, lideresa irrefutable de la oposición venezolana, quien ha calado en el ánimo de los electores igual que el extinto Hugo Chávez, el comandante supremo y eterno en su momento político, quien jamás recibiera un solo insulto o irrespeto de la oposición de entonces, por alguna condición o actitud particular en su personalidad, sino de consideración a sus derechos humanos cuando estuvo detenido en Yare y, luego, durante su proselitismo, aun cuando quizá se sospechaba sobre el origen de los fondos para financiamiento de su campaña, conexiones con Cuba y el castrocomunismo, además del secuestro de una aeronave de la empresa Avior en Barinas durante 7/1998. Asimismo, la masacre de Cararabo, donde irregulares del ELN asesinaran atrozmente, a unos ocho infantes de marina por entrada a degüello (2/1995).
Pero, en 2005, luego del referéndum revocatorio de 2004, el régimen chavista inicia una serie de expropiaciones de empresas por tratarse de activos esenciales para el desarrollo de las regiones. La mayoría, empresas medianas de actividades –cooperativas- que no necesariamente eran estratégicas para la nación, tales como: empresas de válvulas, sistemas hidráulicos para riegos, papel, agropecuarias, textil eras, conservas enlatadas, transporte, hospedaje, mantenimiento, centrales azucareras, areneras, centros comerciales, cadenas comercializadoras de alimentos y bebidas, entre otras, que representaban casos específicos por razones diversas. Y, entre 2007-2012 arremete, por un ultranacionalismo enfermizo, contra algunas transnacionales que operaban legalmente, al expropiarlas sin pago alguno y es uno del porqué de la situación con Citgo, aparte de los bonos Pdvsa2020.
Por supuesto, sobrevinieron naturalmente, innumerables resquemores, fuga de talentos, capitales y una ola migratoria o diáspora representada en poco más de unos seis millones de venezolanos, según OIM-ONU.