¿Qué podría pasar el 28J?
En medio de un maremágnum de ventajas abismales según encuestadoras, con cifras casi ciertas y otras de magnitudes objetables (amañadas claramente, visto lo ilógico de actividades o compromisos eludidos por sus aspirantes, caso del presidente Maduro, postulante a una reelección, se nos ofrece un ámbito electoral proclive a la desinformación y barahúnda, que promueve muy hábilmente el régimen del aludido en virtud de su deshecho como presidenciable, actitud muy natural que también podía observarse durante las campañas electorales de la denominada erróneamente, “IV República”, cuyos regímenes sí promovieron un estado de derecho a campo travieso, muy diferente del cacareo constitucional de hoy día, cuando bien sabemos que por intimidación el régimen chavista lo mantiene velado y goza con su elusión mediante el acoso inquiridor hacia el disenso u oposición que sí lidera objetiva y realmente todo sondeo, y dan por ganador de la contienda al doctor Edmundo González Urrutia.
De cualquier forma, por las tendencias de calle, redes e informaciones de algunos medios imparciales, se ostenta la certeza de culminación de un proceso bien definido con el triunfo del más presidenciable de la pareja contendora puesto que la concurrencia será en masa y los votos defendidos y bajo su custodia de orden; todo muy democráticamente, y prestos al inicio de una transición hacia el retorno del orden institucional al cual todos, sin excepción alguna, deseamos porque mal podría aspirarse a que nuestro destino prosiga a manos de una filosofía retrógrada ante el dinamismo que nos asedia y, así, permanecer renovados en cuanto a calidad de vida y otros factores indispensables que la complementen, mediante un disfrute sostenible de nuestros recursos naturales.