La diplomacia del turismo
Que entusiasmo pensar que la diplomacia venezolana podrá nuevamente crear valor en un cambio de gobierno, impulsando las bases institucionales que se han perdido y capacidades debilitadas en su vocación tradicional de servicio.
Los enfoques y visiones de fortalecer las relaciones entre los países en los últimos años ha estado limitada a los intereses de las estrategias de la política exterior que desarrolla la base del poder ejecutivo, sin poder extender los máximos beneficios de las relaciones bilaterales y multilaterales que pueden consolidar una diplomacia de cooperación y negociación, trabajar con las fortalezas que ofrecen los países aliados donde tenemos representación diplomática o consular.
En vísperas de una nueva elección y que el candidato que representa la mayoría encuestada sea un diplomático de carrera, embajador y funcionario de estado, le da mucha esperanza a la transformación de la cancillería moderna, adaptada a los nuevos tiempos.
Son muchos los retos para la recuperación de la cancillería e innumerables objetivos que se tienen que trazar para restablecer la institucionalidad y funciones de la diplomacia, por solo mencionar algunos: los retos fronterizos, restablecer relaciones con aliados tradicionales, negociaciones comerciales, integraciones regionales, cooperación internacional, promoción cultural, migración y prácticas tradicionales protocolares que muchas se perdieron en las últimas dos décadas. También restablecer nuevamente las bases de una diplomacia profesional y volver a crear la seguridad de poder ejercer una carrera estable con garantías en el largo plazo.
Entre los tantos esfuerzos, la implementación de una diplomacia que pueda promover a Venezuela como destino turístico es un nuevo reto para las misiones diplomáticas. Que los jefes de misión impulsen sus cualidades para entrelazar relaciones con los principales operadores turísticos, aerolíneas y canales de promoción es un trabajo que fácilmente lo puede ejercer una embajada. De acuerdo al país y su potencial para generar turismo receptivo, algunas embajadas pueden implementar funciones directas de promoción turística o inclusive la creación de una agregaduría de turismo.
Entre los lineamientos de la cancillería y las actividades de los funcionarios se pueden impulsar visitas de familiarización del destino en conjunto con el ministerio de turismo, mesas de trabajo turístico, identificar potenciales inversionistas internacionales del área y promover entre los diferentes medios de comunicación las oportunidades que ofrece Venezuela como destino de viajes, es una estrategia innovadora e inteligente para el aporte y crecimiento económico.
Fortalecer las relaciones con los diferentes gremios y promotores regionales de turismo, así como también los operadores locales son fuentes de alianza y cooperación valiosa para identificar y vender los diferentes segmentos que impulsa el destino.
La diplomacia del turismo cuenta con más de 100 misiones / oficinas en el mundo adaptables al objetivo, tiene el conocimiento del mercado internacional, sabe promover los valores agregados del destino según los interés locales del país aliado, la participación en las ferias de viajes – sea como exponente, expositores o con presencia diplomática, aprendiendo y entendiendo las virtudes de la oferta y demanda que se presentan en esos eventos.
Si a un funcionario diplomático le sumamos las virtudes de conocer un destino, ser viajero por sus funciones, entender los mercados internacionales, la plataforma de una embajada para relacionarse y sus capacidades de negociar. Desde mi punto de vista, no existe un mejor promotor de un destino turístico, que un diplomático.
@oscarshariffh
@viajaverde