El Editorial
La violencia en la campaña
Recurrir al expediente de la violencia estatal o paraestatal para intentar intimidar al sector opositor, no solo es ilegal y reprochable desde todo punto de vista, sino que constituye un gran error estratégico.
Por una parte, a casi un mes de las elecciones, los abusos del poder no han podido ni podrán detener las movilizaciones, pero lo más importante es que la Venezuela que emergerá después de las elecciones del 28 de julio necesitará mucho diálogo, independientemente de los resultados.
Es el momento de comenzar a pavimentar la vía hacia el acuerdo. El país no podrá seguir viviendo en la polarización suicida y ya parece haber roto las cadenas del miedo.