El negocio petrolero a la luz de las decisiones de la OPEP+
Normalmente, los medios de comunicación están abarrotados de noticias acerca del mercado petrolero, haciendo evidente los riesgos de la incertidumbre que prevalece en este importantísimo sector. Sea información real o manipulada (que existe), lo cierto es que el tema petrolero siempre es muy relevante. Actores nuevos y tradicionales están en la escena, pero algo se está moviendo en la actualidad que atenta contra las aseveraciones que se han hecho acerca del uso de los combustibles fósiles y los precios del petróleo, y lo que esto significa para el desarrollo masivo de fuentes alternas de energía y el propio crecimiento mundial. No obstante, todo parece indicar que la visión deseable (no dominante) es la de largo plazo (la ambientalista) y la realmente dominante es la de corto plazo (continuar con la explotación petrolera tradicional a pesar de sus costos para el ambiente y la humanidad). Esta visión dominante es una visión muy pragmática, que le hace el juego a las estructuras económicas y políticas mundiales. El logro de un cambio real y positivo continuará enfrentándose con la realidad del negocio petrolero, seguramente con avances y retrocesos, donde parecen privar el acometimiento de nuevas inversiones petroleras de tipo tradicional, tanto en nuevas áreas como en áreas ya conocidas y explotadas.
En efecto, recientemente han proliferado, de manera particular, informaciones petroleras que afectarán o podrían afectar la evolución del mercado petrolero. Muchas de estas noticias se generaron en vísperas de la reciente reunión de la Opep+ de inicios de junio para tratar de influir, presumiblemente, en sus decisiones. Así, informaciones provenientes de Irán, Irak, Argelia, China, India, Argentina, Corea del Sur y Guyana se han hecho presentes en este escenario, obviamente con diferenciados grados de influencia en el contexto internacional, y que no parecen tener un criterio precisamente ambientalista.
Pasemos revista a algunas de las informaciones que han circulado recientemente:
- Antes de la decisión de la Opep+, a Irán e Irak se les señaló que se estaban preparando para inundar el mercado petrolero. En el caso de Irak, se dio a conocer que había concedido licencias para 29 proyectos petroleros con la previsión de que su producción podría alcanzar los 6 millones de b/d en el mediano plazo (4.2 millones b/d en la actualidad).
- En los planes de Irán (suplidor primario de China e India, y que no acompañan a EEUU en la imposición de sanciones) está elevar su producción hasta 4 millones de b/d (2.5-3.0 millones b/d en la actualidad).
- Argelia, por su parte, produciendo actualmente 1 millón de b/d, ha anunciado el descubrimiento de 8 yacimientos de petróleo y gas de muy importantes dimensiones.
- Emiratos Árabes Unidos EAU también tienen planes de expandir su producción de 3 a 5 millones de b/d para 2027.
- Por su parte, en América del Sur, específicamente en Argentina se adelanta el proyecto de producción de petróleo no convencional (fracturación hidráulica-esquistos) en la denominada formación geológica de Vaca Muerta, que mostraría el resurgimiento del país en el campo petrolero. Su producción actual estimada es de 390.000 b/d de petróleo y unos 90 millones de metros cúbicos de gas; pero se habla hasta de que los planes harían que Argentina supere a Venezuela como potencia petrolera.
- Guyana (zona en reclamación por Venezuela) es de los que ha emergido como productor y exportador petrolero de relevancia en América Latina, y el país está aprovechando la caída que ha ocurrido en la producción de México. Su producción seguramente también ejercerá un peso importante en el mundo petrolero, especialmente por su apetencia en EEUU y Europa, así como por su competitividad con la producción venezolana. Se estima que las producciones petroleras de Guyana y Venezuela se pueden acercar a los 1.000 millones de b/d en cada país, pero aun habrá que esperar.
- Corea del Sur es otro país en transformación energética, ya que los yacimientos descubiertos, según las noticias manejadas, parecen apuntar a la existencia de depósitos por 3.000 millones de b/d, lo cual ayudaría a aligerar sus importaciones de crudo calculadas en 2,5 millones de b/d. Complementariamente, las existencias de gas también son prometedoras (se estima que cubrirían la demanda de casi 30 años).
- Acerca de China, siendo un gran importador de petróleo, ha trascendido que está acumulando grandes cantidades de petróleo para enfrentar eventuales problemas y desafíos ante distintas situaciones económicas, bélicas y geopolíticas que tiene planteado. Se ha señalado que esta acumulación inusual de petróleo está ocurriendo también con otras materias primas.
- Otro gran país importador que está buscando cada vez más asociaciones en el campo petrolero es India. En este sentido, han trascendido acuerdos con Venezuela para levantar la producción de crudo en Venezuela vía inversiones de India en la Faja Petrolífera del Orinoco, dado lo atractivo que pudieran resultar los precios actuales y la seguridad de la colocación de su producción libre de sanciones. Obviamente, estos acuerdos le podrían asegurar a India la adquisición del petróleo venezolano en condiciones ventajosas.
- Dentro de todo este contexto, persistirán las expectativas por la incorporación efectiva y significativa de la producción de Venezuela al mercado mundial, la cual se mantiene en suspenso por la situación política del país y las sanciones de los EEUU. Es de señalar que la producción de crudo de Venezuela está por debajo de los 900.000 b/d, aún muy baja para sus estándares y potencial de producción, así como de sus niveles de reservas probadas (las mayores del mundo).
El Acuerdo de la OPEP+ y las Primeras Reacciones
Tal como fue recogido en ciertos medios, la OPEP+ decidió a comienzos de este mes de junio extender sus recortes de producción de crudo hasta 2025, pero también extender otras restricciones por un cierto periodo. Adicionalmente, un total de 8 países decidieron extender sus recortes voluntarios de 1,65 millones de b/d (anunciados en abril 2023) hasta diciembre 2025, e igualmente prolongarán los recortes voluntarios adicionales acordados en noviembre 2023 por 2,2 millones de b/d, hasta septiembre 2025 (se eliminarían gradualmente). En general, se ha interpretado que la decisión de la Organización guarda correspondencia con lo esperado por los mercados y haría que los precios se mantengan relativamente estables, lo cual será un “test” a contrastar en virtud de la llegada del mayor consumo de hidrocarburos que comporta la época de verano.
Por su parte, la interrogante que estuvo presente durante las dos semanas anteriores a la reunión era la de cuál sería la decisión que adoptaría la OPEP+, no obstante que muchos apostaban claramente por el mantenimiento de los recortes de producción, de manera tal de evitar una caída de los precios petroleros, pese a la presión de varios países por expandir sus producciones particulares. Por lo pronto, lo que se ha visto en los mercados es lo que podríamos llamar en una sola palabra como “cautela”: una caída de los precios días antes e inmediatamente después de culminada la reunión de la OPEP+ (variando entre $ 79,83 el 28 mayo y 73,25 el 4 junio en los futuros a julio del WTI), para luego volver a incrementarse y ubicarse por encima de los $ 77,50 al 10 de junio, sin que llegasen a alcanzar los niveles de los $ 80 logrados a mediados de mayo.
Es previsible que la decisión de la OPEP+ haga que los países en necesidad de ampliar sus producciones sigan presionando por lograrlo, de lo contrario pudieron tomar la decisión de violar “solapadamente” las cuotas asignadas que, en su peor escenario pudiesen presionar por el resquebrajamiento de la Organización. No obstante, el impacto sobre los precios petroleros dependerá en gran medida de cuanta producción efectivamente termine llegando al mercado internacional para alimentar la oferta mundial, así como de la fortaleza de la demanda.
La realidad es que varios países quisieran tomar ventaja de la coyuntura actual y aprovechar los niveles de precios actuales; esto de cara a las situaciones y necesidades económicas que cada uno de ellos atraviesa. Amarra, en la actualidad, acuerdos petroleros con países no petroleros o importadores de petróleo son ventajas que pudieran no repetirse en el futuro, siempre y cuando les resulten viables financieramente, aspecto que nunca está garantizado dada la volátil del mercado petrolero internacional.
Reflexiones Finales
- El petróleo se ha convertido en el epicentro-motor del mundo moderno. Lo que suceda en ese sector incide en el resto de la economía mundial, afectando a consumidores, productores e inversionistas en variados sectores.
- De tanto en tanto se produce un debate público acerca de la sustitución del petróleo como fuente de energía y muchos proyectos alternos son adelantados para evitar la dependencia de los combustibles fósiles y buscar alternativas más económicas y sustentables con el ambiente. Se habla de energía proveniente del carbón, energía nuclear, solar, eólica, oceánica entre otras, que ha hecho a países más independientes de las fuentes energéticas tradicionales, pero hoy por hoy, mientras llega una transición masiva y efectiva hacia otras fuentes energéticas, la energía proveniente de fuentes fósiles sigue y seguirá siendo el centro de atención para el crecimiento de la economía mundial y la vida moderna. Muchos de los grandes negocios seguirán ocurriendo alrededor de la explotación de petróleo por vía tradicional.
- En el escenario anterior, se requieren grandes inversiones y estas no serán fáciles de llevar a cabo en todos los países. Los países no se encuentran en igualdad de condiciones para adelantar sus proyectos, valga decir por ejemplo: Argentina, Venezuela o Corea del Sur versus Irán o Irak. Requerirán, como mínimo, de inversionistas y de precios petroleros en niveles adecuados para que sea atractivo capitalizar las inversiones proyectadas, superior al punto de equilibrio (breakeven point). Este punto no es igual para todas las producciones y países. Una caída del precio del crudo puede arruinar la rentabilidad de muchos proyectos, especialmente para aquellos que acometen proyectos para la extracción de crudos pesados.
- Inundar el mercado petrolero mundial con nuevas producciones significaría un duro golpe para las intenciones de la OPEP de mantener los precios en torno a $80 o en niveles adecuados de rentabilidad, pero también para los países que están invirtiendo o han anunciado ampliaciones en sus producciones.