Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México
Sheinbaum estudió física en la UNAM, donde lideró movimientos estudiantiles en la década de 1980. Posteriormente, se especializó en ingeniera ambiental y fue investigadora en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, antes de incursionar en la política
La oficialista Claudia Sheinbaum, de 61 años de edad, hizo historia al convertirse en la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales en México, donde consiguió cerca de 35 millones de votos, con lo que superó en casi cinco millones los obtenidos por López Obrador en 2018.
Sheinbaum obtuvo entre un 58,3 % y un 60,7 % de los sufragios del domingo, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), alrededor de 30 puntos de ventaja sobre su mayor rival, la opositora Xóchitl Gálvez, quien recibió entre 26,6 % y 28,6 %, mientras que Jorge Álvarez Máynez acaparó entre 9,9 % y 10,8 %.
Claudia Sheinbaum asumirá el cargo a partir del 1 de octubre y comenzará su contribución a la «cuarta transformación», como se llama el movimiento político iniciado por el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador.
¿Quién es Sheinbaum?
Claudia Sheinbaum nació el 24 de junio de 1962, en Ciudad de México. Es hija de padres científicos, de origen judío, Sheinbaum tuvo la oportunidad de elegir entre el ballet o la física, según un documental sobre su vida, y apostó por la ciencia en un país donde las brechas de género en ciencia eran entonces más pronunciadas.
Estudió física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde lideró movimientos estudiantiles en la década de 1980. Posteriormente, se especializó en ingeniera ambiental y fue investigadora en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, antes de incursionar en la política.
Según un nota de EFE, Sheinbaum cuenta que conoció a López Obrador en una reunión en su casa, una semana después de que en el año 2000 se anunciara su candidatura como jefe de Gobierno del Distrito Federal, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que ella se adhirió en 1989.
Días después, López Obrador la invitó a sumarse a su Administración como secretaría de Medioambiente con la encomienda de atender la crisis de contaminación ambiental. De esta forma, entre 2000 a 2006, Sheinbaum se encargó de encabezar la construcción del metrobús y las primeras ciclovías en la capital mexicana.
Luego, fue vocera de la campaña presidencial de López Obrador, quien perdió las elecciones en 2006 y 2012, tiempo en el que fue construyendo su movimiento, que finalmente se convirtió en el partido Morena y del que Sheinbaum también fue fundadora.
En 2015 ocupó el cargo de delegada de Tlalpan, demarcación interna del sur de la capital. Mientras que, en 2018, se convirtió en la primera mujer electa como jefa de Gobierno de la capital mexicana, cargo del que se separó en 2023 para contender a la presidencia.
Sobre la relaciones que tendrá con Venezuela
El domingo en medio de su recorrido hacia el puesto electoral donde ejercería su derecho al voto en las elecciones de su país, Sheinbaum se refirió a las relaciones que tendría con los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
“Siempre nos vamos a regir por los principios constitucionales de no intervención, y respeto a la soberanía de los pueblos”, aseguró en respuesta a varias preguntas que le realizó NTN24.
Mientras que, sobre ell futuro de las relaciones de México con Donald Trump o Joe Biden en La Casa Blanca, aseguró que se llevará “muy bien cualquiera de los presidentes de EE.UU.».
Una buena noticia para todos en México, en Hispanoamérica y en el mundo, que una mujer sea Presidenta de México por votación democrática del pueblo mexicano. Esperemos que su gestión sea exitosa en beneficio de México y especialmente de las mujeres mexicanas, quienes han sufrido por siglos discriminación en una sociedad antes tan machista y retrógrada, donde aún es elevadísimo el número de mujeres asesinadas por deplorables hombres celosos o machistas hasta el delito. La nueva Presidenta de México conoce el peligro que enfrenta la humanidad por la destrucción del ambiente, causa del cambio climático y el calentamiento global, sus dos efectos más difundidos, porque ya ganó el Premio Nobel en colectivo por la tarea de divulgación de un equipo científico de la ONU del cual formó parte, y estamos seguros que ahora pondrá en práctica lo que antes recomendó: Reforestación, protección del ambiente, sustitución de combustibles fósiles por energías renovables, electrificación de la movilidad, protección de ríos, lagos y océanos, terminar con la impunidad ecocida de las empresas y personas poderosas y educar a todos con mentalidad ecológica. La Presidenta de México tiene la gran oportunidad de probar que las mujeres pueden gobernar mejor que los hombres porque teniendo iguales capacidades intelectuales son menos propensas a la corrupción, a la violencia y al autoritarismo. El secreto de una buena gobernante es no imitar los defectos de los hombres, no ser como la Dama de Hierro, la gobernante británica orgullosa de ser «como un hombre», el mejor camino es usar sus ventajas naturales: la preferencia por la paz, el diálogo, la pedagogía, el altruismo, la comprensión, la generosidad y la solidaridad, porque es un hecho irrefutable que las mujeres son la mejor mitad de la Humanidad. Tengo por convicción que la democracia parlamentaria es un sistema mejor que la democracia presidencialista y que las mujeres pueden ser mejores gobernantes que los hombres, en todo caso no pueden ser peores. Y para evitar malos entendidos, estamos hablando de mujeres electas gobernantes por el voto libre y democrático de los pueblos, en elecciones limpias y justas, no de las mujeres testaferros de dictadores o impuestas por nepotismos. Le deseo todo el éxito a la Presidenta de México, que sea un ejemplo digno para todos y todos podamos aplaudirla al final de su Presidencia y no se sume a la pequeña lista de esperanzas defraudadas, que haga un buen gobierno para todos los mexicanos y mexicanas.