Una decisión descerebrada e infeliz
Efecto de un enojo e impotencia manifiestos la decisión del CNE al de abolir o anular la invitación como observadores electorales al equipo de la Comunidad Europea, institución digna, estimable y justa cabalmente, en sus actuaciones tan concienzudas dizque porque las sanciones sobre Venezuela han originado perjuicios patrimoniales, cuando el motivo auténtico es por un supuesto apoyo o venia hacia la candidatura de Edmundo González, quien lidera abrumadoramente, las encuestas perfilándose desde ya, como ganador virtual y pertinente en la contienda electoral del 28/7 venidero. Pero, la opción del oficialismo no es otra sino la de torpedear el proceso a objeto de lograr nuevamente, un triunfo falaz y de facto mediante las argucias o tracalerías en las que ya son expertos consumados para “ganar” elecciones, detentar el poder y utilizar el nombre sagrado y digno de Bolívar como burladero para justificación de sus tropelías infames y sometimiento de una sociedad ya hastiada de tanta idiotez procaz, notoria y a campo travieso, de su líder en jefe, personaje que pretende fungir quijotescamente, como cualidad muy peculiar de sus actitudes falaces. Ínterin la pobreza extrema avanza y aquel se regodea ante la miseria como un logro de su régimen en el cacareo de la lucha contra una supuesta “guerra económica”, adefesio del oficialismo como huida hacia adelante a fin de evadir responsabilidades directas; como por ejemplo, de la crisis socioeconómica y sociopolítica que nos agobia inexorablemente, ante su mofa.
Es la realidad cierta de un régimen que pretende imponer la filosofía de un sistema retrógrado y, de hecho, en caída. Pero, que se hala como culebra sin cabeza, bajo la égida maquiavélica “el fin justifica los medios”.