González Urrutia y la institucionalidad militar
Por su naturaleza las fuerzas armadas Nacionales (hoy día, Fanb), siempre han sido tan respetables como sensibles a injerencias en sus asuntos por lo que resultaría muy idóneo abordar cualquier tema sobre las mismas, con la cautela que el caso exige.
Tradicionalmente, influidas por EEUU desde la Escuela de las Américas (Panamá) y Chorrillos (Perú) las fuerzas armadas latinoamericanas que han desempeñado un rol político crucial han vuelto, hoy por hoy, a sus cuarteles, y el hecho de que acepten sin mayores traumas subordinarse a regímenes de izquierda demuestra, sin apologías o vituperios, que poseen un cierto grado de profesionalidad y madurez, actitud que conforma, ahora, parte significativa de su institucionalidad, vista como equipo humano constituido naturalmente, por seres falibles y mortales; también, con sentimientos y necesidades. No conlleva que los regímenes de izquierda sigan un patrón de actividad común, pues así lo han ostentado las diferentes políticas militares: Venezuela, Bolivia y Argentina, aunque ahora en esta hay otro régimen –libertarismo- a cargo de Javier Milei, tal y como sabemos. Asimismo, para la creación de unas Fuerzas Armada Sudamericanas, como injerencia de los militares en asuntos de seguridad nacional o interna en algunos países.
Así como en otras áreas, González Urrutia, sin obviar los patrones militares, muy diferentes al de los civiles, donde cualquier asunto o problemática podría diferirse eventualmente, la política militar debería reformularse en función de las exigencias actuales y hasta latentes, como por ejemplo su profesionalización y adiestramiento, lo que incluiría adecuación de normas y procedimientos continuo tanto dentro como fuera del país. Vale decir, tendrá que aprender a convivir con sus filosofías sin que ello conlleve un ascenso tácito ante cualquier eventualidad.