Ni con todo el dinero de Catar, Mbappé y PSG dicen adiós a la Champions
El estratosférico atacante, que puja por ser el mejor del mundo, les debía una gesta antes de hacer las maletas
París y el mundo del fútbol esperaba que Kylian Mbappé, la estrella esquiva que les ha dado tanto y que se marchará a final de temporada, les diera el empuje definitivo hacia la final de la Champions League.
El estratosférico atacante, que puja por ser el mejor del mundo, les debía una gesta antes de hacer las maletas. Tras su mala actuación de la ida, tenía que aparecer en su último vuelo por el Parque de los Príncipes en Europa para recompensar a la que durante siete temporadas ha sido su hinchada y que se marcha tras años de frustración.
Pero Mbappé no apareció. En la estela de la que ha sido su temporada más irregular, aunque con unas estadísticas igual de impresionantes, el atacante se enmarañó en la red montada por el Borussia Dortmund y no fue capaz de romper el muro amarillo.
Su cara al término simbolizaba bien su decepción, la de marcharse de su ciudad natal sin dejar en sus vitrinas el trofeo más deseado, reflejo de la que sufre toda una ciudad que apenas podía imaginarse que este no era su año en la Liga de Campeones.
El próximo domingo la estrella francesa vivirá su último partido en el Parque de los Príncipes y esperemos a ver cómo lo recibe la hinchada, si es homenaje o abucheo, a la imagen de su carrera, que ha discurrido entre la admiración y las rencillas por tantas afrentas, tantos anuncios de que su futuro estaba lejos.
Mbappé cierra una etapa y el PSG parece haber abierto otra, que no pasa por las grandes estrellas ni por los nombre sonoros.
Si la paciencia de Catar aguanta, Luis Enrique puede encarnar la nueva etapa que deja huérfana la salida de Mbappé.
