Festival de Caracas: un milagro de María Lionza

(%=Image(6090992,»R»)%)Del 23 de febrero al 1 de marzo de este año se llevará a cabo el Tercer Festival de Caracas: Cortometrajes Latinoamericanos en Cine y Video. Bajo la organización de Fundavisual Latina, presidida por la cineasta venezolana Margot Benacerraf en coordinación con Juan Carlos Lossada, esta propuesta viene a llenar nuestro espacio de imágenes y creaciones en el formato cinematográfico menos atendido por los tradicionales medios de difusión masiva: el cortometraje. En una rueda de prensa ofrecida este jueves en el Celarg, Benacerraf (MB), Lossada (JCL), María Eugenia Mosquera (directora de Vale TV), Noel Márquez (NM), director de cultura del municipio autónomo Sucre, y Maurice Reyna (MR), Presidente de la ANAC, profundizaron en torno a los principales fundamentos y expectativas del festival.

En foco con el festival

Para Margot Benacerraf, uno de los logros fundamentales de cualquier festival, pero especialmente uno como éste, debe ser crear “un diálogo o contacto en estos espacios. Ojalá que las televisoras extranjeras adquieran películas, que se establezcan coproducciones”. Así mismo, Juan Carlos Lossada afirmó: “Sentimos que el gran aporte que estamos dando, más allá de los premios, es el poder congregar en Venezuela más de 300 obras de 26 países que están participando. Es una fiesta de imágenes que pocas veces se ha visto en Venezuela. Esto es una necesidad”.

Ante la importante producción mundial de cortometrajes, el festival se ha propuesto insistir en la necesidad de que sean expandidos los canales de distribución y difusión de los cortos, especialmente a través del medio audiovisual mejor enquistado en el imaginario colectivo: la televisión, compañera doméstica de cualquier familia contemporánea. Dos experiencias resultan importantes: la de los canales ZDF-Arte (Alemania) y Canal Plus (España), quienes tendrán abiertos los espacios del Festival.

JCL. Hay una participación alemana importante, porque son personas que vienen del Festival de Cine de Hamburgo, con un gran esfuerzo de la Asociación Cultural Humboldt y el Instituto Goethe; la directora Heusler ha querido apoyar el festival pues cree que una de las áreas más importantes en los cortometrajes latinoamericanos es [la dificultad para] involucrarse más con temas sensibles a la producción y la difusión de un corto. Por ello ha promovido la asistencia de tres realizadores alemanes que tienen una experiencia importante en el Festival de Cine de Hamburgo, especialmente a partir de esa sección que han promovido llamada “Low Budget” (para trabajos de escaso presupuesto) que le han permitido desarrollar un importante programa de distribución. Estos realizadores son Miriam Visaczki, Marc A. Bochert y Cristina Goopel.

(%=Image(2939603,»L»)%)Asimismo, el festival se propone abrir la discusión en torno al problema que suponen los nuevos formatos de filmación. Margot Benacerraf comenta: “En las ediciones anteriores habíamos tratado de incorporarnos a las corrientes actuales, a las preocupaciones por la tecnología. Esta vez nos estamos dedicando al cine digital, con la Cinemateca Nacional y Jacobo Penzo, en especial, así como Moisés Vélez, pues queremos incorporar el problema que significa el cine digital”.

El espectro que se ofrece para esta edición se pasea entre los géneros de animación, ficción, documental y experimental tanto en cine como en video. Se promete como una de las grandes sorpresas del festival lo que sus organizadores llaman “Joyas de Sudáfrica”, del destacado artista plástico sudacfricano William Kentridge, así como la asignación en la agenda de un espacio para la lucha por los derechos universales de los niños, en alianza con la UNICEF, donde se trasmitirán cortos de Disney, Nickelodeon y otras compañías comprometidas con la UNICEF para este proyecto. Juan Carlos Lossada afirma: “La magia del cine permite hasta promover los derechos universales de la infancia; a través del lenguaje audiovisual es posible, sin discursos, sin tratados internacionales… promover en la sala de cine y en la calle los derechos de los niños. No son programaciones sólo para los niños, son para los padres”.

Más allá de la sala…

La capacidad de impacto de este programa (derechos del niño) y, en general, del proyecto del festival, se verá reforzado gracias a una idea que comenzó a gestarse desde la ediciones anteriores del festival: llevar el cine a la calle, “incorporarlo a la vida urbana”, como señalara Benacerraf. Así, además del proyecto con la UNICEF, una de las iniciativas que más nos han llamado la atención ha sido el acuerdo con las diferentes alcaldías como Chacao, Baruta y la Alcaldía Mayor para transmitir el festival en la calle y, muy especialmente, el municipio Sucre, a través de su dirección de cultura. Noel Márquez señala: “Creemos que el mensaje audiovisual que pueda transmitirse a través de los contenidos tan extraordinarios que nos brinda el festival, va a ser posible a través del sistema municipal de casas de la cultura, ubicadas en espacios de gran exclusión social, en Filas de Mariche, en Caucagüita, en La Dolorita, en la carretera vieja Petare-Guarenas, en fin, siete casas donde hemos logrado poner un sistema de exhibición”.

AI. ¿Cómo se está llevando a cabo la convocatoria en el Municipio Sucre para integrar estos sectores del público al festival?

NM. En primer lugar, estas son las zonas de mayor exclusión social del municipio Sucre. Es un público que va a apropiarse de esos contenidos. Hemos invitado a la gente por medio de volantes, pancartas, mucho boca a boca, porque hay que ver lo importante que es que a una comunidad como esta llegue el Festival. Hay mucha expectativa. Uno de los sectores que consumen más televisión son los sectores populares. En Petare, cuando son las seis de la tarde se paraliza el acceso vehicular y la televisión es el contacto con el mundo exterior, cuyos contenidos son de una naturaleza… –bueno, ya sabemos cómo es. Mejorar los contenidos a través de este festival me pareció una gran idea, poder recrearse con sueños, con imaginación, con fantasía. El municipio Sucre tiene otra característica, y es la cantidad de plantas de televisión que allí funcionan, y aprovecho la oportunidad para llamar la atención de estos canales para que trabajemos en torno al problema de la imagen de la comunidad, porque creo que allí hay una serie de valores humanos, de resistencia cultural, de lucha contra la exclusión, que tienen que trascender a través de la pantalla y no solamente por la vía de la estigmatización.

No todo resulta tan sencillo

AI. Sabemos que hasta ahora se han hecho dos ediciones del festival. Esta sería la tercera. ¿Cuáles son las dificultades que se han encontrado en el camino y sus principales logros?

JC. Este festival se hizo en el año 92 con carácter bianual y en el 94. No se pudo hacer en el 96 ni en el 98. Luego, en el año 2000 introdujimos el proyecto y fue aprobado, que es el que estamos realizando hoy. El principal respaldo que ha tenido el festival es el Estado, pero en esas dos ocasiones no se había podido lograr el consenso para realizar un proyecto de esta naturaleza. Muy afortunadamente se consiguió el consenso para esta oportunidad, pero con un presupuesto diminuto, mínimo, realmente increíble. Como María Lionza representa el milagro del cine, hemos debido producir un milagro para superar las dificultades, pero siempre amainadas y, hay que reconocerlo públicamente, aminoradas por la participación absolutamente permanente de las instituciones mencionadas. Sin ellas, este festival no se estaría haciendo. El festival no se está haciendo con presupuesto sino con el respaldo de las instituciones que han cumplido el compromiso adquirido.

(%=Image(3359555,»R»)%)Sin embargo, que los cortos expandan sus posibilidades de exhibición y comercialización requiere la colaboración de todos los sectores implicados en el circuito cinematográfico y televisivo, más allá de los esfuerzos que pueda realizar Fundavisual Latina. Así, Benacerraf hace un llamado: “Yo creo que se debe reforzar una cosa de tipo legal: que haya una manera de obligar a pasar cortos de 10 minutos, en vez de propagandas. Eso se había logrado cuando fundé la Cinemateca pero de modo personal. Debería institucionalizarse”.

A este respecto añade Maurice Reyna: “Existe la obligatoriedad, pero el problema es que también existen unas luces rojas en los semáforos y la gente se las come. El tema es que no existe la penalidad, porque aquí las leyes se hacen acomodaticias para ciertos sectores. Cuando se hizo el 1 x 1, la multa se presupuestaba mensualmente en las estaciones de radio, no era una sanción. En Venezuela nadie está acostumbrado a ser sancionado. Ya iniciamos la reforma de la ley de cine, donde esperamos que pueda haber algún tipo de privación penal, es decir, cárcel… El corto es muy importante y en Venezuela viene a ser una suerte de escuela de los cineastas, es el que hace que se fogueen los nuevos cineastas para entender cómo es el lenguaje cinematográfico. El público, el soberano, reclama poderse ver en las pantallas, reclama tener opciones de ver cine alternativo, y es por eso que esto se da, por el apoyo de todo el mundo, porque no trabajamos ni con la uñas, sino con las cutículas. Hay que entender que si un señor se mete tres horas en una sala de cine, son tres horas en las que no está matando, ni robando ni echando vaina, y perdónenme la expresión. No se puede cambiar a la gente si no se hace a través de la cultura.

Para esta edición del festival se cuenta con el apoyo de el CONAC, Bolívar Films y Futuro Films, Vale TV (representada por María Eugenia Mosquera), Venevisión, Embajada de Francia, México, Brasil y Chile, La Unión Latina, CNAC, el Goethe Institut y la Asociación Cultural Humboldt, la Embajada de Polonia, el Ateneo de Caracas, MBA, Museo de Ciencias, embajada de Sudáfrica, el Conicit y el ministerio de ciencia y tecnología, amén de la participación de las Alcaldías Chacao, Sucre, Baruta y Alcaldía Mayor, entre otros.