El Duro Camino de la Recuperación de Argentina

Marco de Referencia

Aprovechando su popularidad de arranque en el cargo presidencial, el Presidente argentino Javier Milei anunció recientemente lo que calificó como algunos logros de su gobierno para el primer trimestre del presente año 2024, especialmente el alcance de un superávit fiscal de 0.2% del PIB, lo que calificó como histórico, destacando que el mismo se logró en tiempo record y en contra de lo que muchos auguraban. Lo delicado de este logro es que se ha alcanzado parcialmente con una política de recorte de gastos agresiva que ha tocado intereses de sectores, entre ellos el educativo, que ya ha reaccionado contundentemente en las calles. Pero en su defensa, el Gobierno resalta que la única forma de superar la elevada inflación que padece el país, es a través de la corrección del déficit fiscal que viene arrastrando desde hace mucho tiempo. Este enfoque se complementaría con la asignación de un rol protagónico al sector privado para que este genere crecimiento económico con estabilidad de precios y permita la reducción de la deuda.

Las dificultades de Argentina no son un hecho nuevo. Una de las naciones más ricas del continente americano a principios del siglo XX se convirtió en una de las naciones más endeudadas del mundo y de mayores dificultades para salir airosa de sus grandes dificultades políticas, económicas y sociales, por mencionar tan solo algunas de estas.

Por otra parte, el tránsito por gobiernos de derecha, de izquierda, militaristas y populistas han llevado a la nación a una situación de muy difícil salida, sino es a costa de grandes sacrificios, dando por descontado que existiría una voluntad política firme de mantener un rumbo adecuado y sostenido en el mediano y largo plazo, sin que otros intereses la desvíen del camino correcto.

Así pues, la tarea del gobierno apenas comienza, pues debe demostrar que el ajuste alcanzado es sostenible en el tiempo, a la vez que está obligado a dar respuesta a los graves problemas económicos y sociales que enfrenta un país venido a menos desde hace ya muchas décadas y cuya población empobrecida demanda respuestas rápidas a sus necesidades básicas. Allí radica el gran reto del presidente Javier Milei.

Camino Escogido, Costos y Respuesta Esperada

El camino escogido para los ajustes que se están llevando a cabo en Argentina es el denominado como “terapia de shock”, evitando la gradualidad en estos ajustes. Esto comporta un gran costo político para el presidente y su gobierno, pero se ha vendido como la única vía para la superación de la grave situación en la que se encuentra la nación. Comporta, más aun, un gran costo social para los argentinos, quienes tendrán que confiar en la reacción rápida y positiva del sector privado, sobre el cual descansa realmente la responsabilidad de sacar adelante al país.Se requerirán inversiones y generación de puestos de trabajo que permitan reducir el desempleo y la pobreza, todo ello en un marco del mantenimiento de la sanidad fiscal que desactive la inflación y reduzca el elevado nivel de endeudamiento que tiene el país.

El Gran Reto

Ejemplos de “terapia de shock” ha habido en el mundo, por cierto, nada fácil de manejar para los gobiernos, especialmente para los democráticos, debido a las demandas sociales. Por ello, el evitar el fracaso de este programa de ajuste radica en cuán rápido el gobierno de Milei puede responder a tales demandas y mantener “la llama de la confianza” de la población  encendida en su favor. De no producirse esa respuesta positiva, el gobierno argentino correrá con los costos y su impopularidad, la cual puede conducir a enfrentar graves protestas sociales, y presiones e inestabilidad políticas, viendo arruinadas, una vez más, la tan esperada salida de la crisis y las aspiraciones y confianza de la población en sus dirigentes.

En su transitar y “de todas todas”, el Gobierno argentino requiere acuerdos políticos a nivel del Congreso que le permitan viabilizar una salida a la situación que enfrenta la nación.  Si se piensa y se cree que el camino escogido le conviene al país como un todo, el futuro volverá a ser promisorio. 

Igualmente, la confianza internacional será muy importante, incluida la que provendría de las instituciones multilaterales regionales y globales como el Fondo Monetario Internacional para atender el problema de la deuda que desde hace décadas padece, sin que ello se interprete o implique comprometer su soberanía en la conducción económica y política del país. La respuesta, para que sea durable, debe ser “una respuesta argentina por convencimiento”, lo que en el argot de estas instituciones multilaterales se denominó “el ownership” de los programas de ajuste, que no significa otra cosa que “hacer suyo” (por convencimiento) el programa económico de ajuste diseñado y acordado, de manera tal que pueda ser ejecutado razonable y exitosamente.

El “Juego” Apenas Comienza

El “juego” apenas comienza. Queda un duro camino por recorrer. El camino emprendido es un camino en el que indudablemente se requiere mano firme para avanzar en el marco democrático, ya que los aspectos socio-políticos de Argentina son muy dispares y hasta polarizantes, y están en constante pugna.

Cuando un país tiene tan profundos desequilibrios económicos, la tarea de los gobernantes es extremadamente exigente y pone en el fuego la aceptación de la población, población esta que incluye también a quienes votaron por el actual mandatario argentino Javier Milei. Las consecuencias frecuentemente son protestas sociales que deben ser atendidas adecuada y oportunamente para hacer que el apoyo popular continúe del lado de las reformas.