Berlinale 2004 Día 8
Estrategias de sobrevivencia en América Latina
(%=Image(9876920,»L»)%)El tren blanco en Buenos Aires
La indispensable función de El tren blanco (mostrada en la sección Forum) para miles de mujeres, hombres y niños de las barriadas más pobres de Buenos Aires, se revela en toda su perentoriedad y crudeza en los testimonios de sus protagonistas. El tren blanco es el medio de transporte, prácticamente el único medio de vida, que posibilita a los llamados cartoneros, movilizarse desde sus barriadas hasta el centro de Buenos Aires.
Las carretas de los cartoneros reemplazan los asientos de muchos de los vagones del tren. En dirección a Buenos Aires van vacías y con hambre, pero son livianas para arrastrarlas por las calles obscuras y solitarias de la ciudad abierta a la noche. Al regreso estarán llenas, esperanzadoramente repletas de cartones y papeles, porque dependiendo del peso total acumulado, los cartoneros podrán hacer mejor trueque con pesos o dólares y con ello alimentar a la familia extendida con la piel pegada a los huesos. Lo que para muchos son desechos y basura, para los cartoneros es la única posibilidad de subsistencia.
Los cartoneros entrevistados opinan que en Buenos Aires ellos siempre han existido, pero que desde los últimos años, su número se ha incrementado a cifras astronómicas debido a la recesión económica y al desempleo mantenido. Son muchos los que sin tener ninguna otra alternativa han tenido que tomar las calles y recoger los que los otros tiran. Prefieren ser vistos por los porteños con desprecio (los que no entienden la dignidad de su laburo), a robar. Ser cartonero es también ejercer un trabajo digno para alimentar la familia.
Un kilo de papel/cartón para el Recycling les brinda 15 centavos (aprox. 4,5 centavos de dólar). Los cartoneros necesitan acumular, por lo menos 50 kilos entre las 18 y las 11 y media de la noche, para que la jornada de trabajo les ayude a pagar el pan. Como la cenicienta no hay tiempo que perder, antes de la medianoche el tren blanco les lleva de regreso al barrio donde viven.
Un equipo de tres jóvenes directores Nahuel García, Sheila Pérez y Ramiro García son los realizadotes de El tren blanco. Alternan entrevistas con imágenes (algunas de ellas también vistas en el documental de Solanas Memoria del saqueo) de las demostraciones, saqueos y violencia de la policía hacia los manifestantes.
Con indudable certeza, la Berlinale podría alimentar a manos llenas a muchos de estos cartoneros. Las impresionantes cantidades de papel y cartón que se producen y malversan durante la realización del festival son impresionantes. Es difícil relativizar las injusticias y las desproporciones entre el norte y el sur, sin evitar sentir un profundo malestar que permanece clavado en la conciencia.
Fala Tu en Rio de Janeiro
El documental Fala Tu – Lives of Rhyme de Guillermo Coelho acompaña la vida de tres protagonistas, dos hombres y una mujer, pertenecientes a tres favelas de Rio de Janeiro, en su lucha por la sobrevivencia.
La música, específicamente lo que ellos llaman gangsta rap, tiene vitales funciones en su vida. No es protesta, como dice Macarrao, sino la mera narración de la vida cotidiana. Las letras de los rap y hip-hops, que ellos escriben, narran los abusos policiales, los robos de los que ellos mismos son víctimas, el racismo al afrobrasileiro, del desesperante desempleo, de la falta de perspectivas de vida, del abandono paterno, de la implacable pobreza de la que será muy difícil salir a flote.
También son, a veces, mensajes didácticos a los niños que viven en la calle para que no consuman drogas, porque su vida estará aún más en peligro o textos feministas, escritos por un grupo de chicas que recrean sus vivencias desde la perspectiva de género.
El impresionante talento musical de estos personajes y el apoyo emocional y afectivo de la familia son sus únicas esperanzas y razón de vida. De lo contrario, la existencia no valdría absolutamente nada cuando se nace en la cuna de la exclusión social, como decía Toghum, entre lágrimas.
O outro lado da rua
Brasil sigue bien representado en la Berlinale en sus diferentes secciones, pero también en el Mercado del Cine, trae también un largometraje excelente O outro lado da rua protagonizado por la excepcional actriz brasileña Fernanda Montenegro y dirigido por Marcos Bernstein.
En esta película, la actriz representa el rol de una mujer policia pensionada en Copacabana, que descubre con unos binoculares, asuntos terribles que la llevarán más adelante a una aventura amorosa.
Una balanza final
Con este largometraje brasilero se cierra la representación de América Latina en la Berlinale. Hasta el dia de hoy han concursado en las diferentes secciones diez extraordinarias películas. Algunas de ellas han sido documentales (Memorias del saqueo, El tren blanco, La última hora del Che Guevara, Fala Tu otros documentales dramatizados (Digna hasta el último aliento y otros películas de ficción (Maria, llena eres de gracias, El abrazo partido, B-Happy), pero basados en hechos reales y fundamentado en las circunstancias políticas y socio-económicas especificas.
Los largometrajes más interesantes y a la vez más impactantes para la prensa y el público han sido: por su crudeza y veracidad Maria, llena eres de gracia, por su belleza esperanzadora B-Happy y finalmenete por las denuncias políticas Digna hasta el último aliento y Memoria del saqueo.
Tres cortometrajes (lamentablemente aún no vistos) concluyen la participación latinoamericana. Estos son: Public/Private de Christoph Behl (Argentina), Juego de manos de Alejandro Andrade (México) y Truques, Xaropes e outros artigos de confianca de Eduardo Goldstein (Brasil).
Apología a la dignidad humana
La miseria y la desesperanza de millones de personas en América Latina ha sido llevada a la pantalla grande y presenciada en cada una de éstas películas, pero también la perversidad y la indolencia psicopática de sus responsables locales e internacionales.
Pero, más aún, lo fundamental ha sido atestiguar la fuerza, la autodeterminación y la creatividad laboral y artística de todos sus actores y actrices de esas realidades nada ficticias, que ofrecen a sus vidas un sentido y una esperanza propia, más allá de cualquier expectativa de apoyo gubernamental o planes irrisorios de ayuda al desarrollo.
En ellas y ellos hay una dignidad humana más allá del hambre y más allá de la muerte. Pues cuando la vida pierde su valor, se pierden también los miedos. Y si se tuvieran, contarlos en silencio como Kathy, la chica que quiere ser féliz más allá de toda su gran infelicidad, sería neutralizarlos y convertirlos en su contrario.
(*): Desde Berlin, 12.02.2004
(**): Site de la Berlinale (%=Link(«http://www.berlinale.de/en/f_main_einst.html»,» www.berlinale.de/»)%)
Ver también:
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(%=Link(3179517,»Día 3″)%)
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