Israel: ¿Elecciones o Guerra contra Irán?
Aprovechando los presuntos agujeros de seguridad en la Defensa Israelí provocados por el cisma entre los reservistas y Netanyahu, el brazo armado del grupo islamista Hamas, lanzó la mayor ofensiva militar desde el 2007 con la infiltración de decenas de sus miembros en localidades israelíes y el lanzamiento de miles de proyectiles contra amplias zonas , incluyendo Tel Aviv y Jerusalén, con el resultado de 1400 víctimas israelíes y 220 rehenes.Netanyahu, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán, aprovechó la cruenta ofensiva de Hamas para declarar el Estado de Guerra (defensa de la seguridad de Israel) y desencadenar una demoledora ofensiva en la Franja de Gaza que le otorgara un incremento de la popularidad perdida por su fallida reforma legal y le permitiera obviar el proceso judicial en el que está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza.
Final de la limpieza étnica de Gaza
Netanyahu estaría ya acorralado por la repulsa de la Comunidad Internacional ante la flagrante violación de los DDHH en Gaza con cerca de 33000 víctimas civiles palestinas que se ha traducido en la presentación por Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de la Haya (TIJ), de una demanda contra Israel por presunto «delito de genocidio», pero la decisión salomónica de dicho Tribunal se tradujo en la persistencia de la invasión militar israelí en Gaza hasta su destrucción total.
El verdadero objetivo de la campaña militar de Gaza sería provocar una segunda nakba en la que 1,5 millones de palestinos se verán obligados a abandonar una Gaza convertida en un amasijo de escombros y restos humanos que imposibilitará el retorno de la población gazatí desplazada y confinada en el campo de concentración al aire libre ubicado en Rafah, situación descrita por el alto Comisionado para los DDHH de la ONU, Volker Türk como «apocalíptica», al tiempo que advierte » del creciente riesgo de genocidio.
Dicho confinamiento forzoso de la población gazatí sería una medida de presión para que Egipto abra su frontera y los palestinos queden asentados en la Península del Sinaí, tras lo cual Israel procederá a la Declaración unilateral de la soberanía sobre Gaza y sus zonas marítimas y para completar su limpieza étnica, Netanyahu ha ordenado el asalto final a Rafah previo desalojo de los miles de gazatíes allí recluidos, operación militar que se antoja se saldará con una nueva masacre de civiles.
Posteriormente, en la segunda fase de la limpieza étnica emprendida por Israel, asistiremos a la expulsión de la población árabe de Jerusalén Este y a la imparable extensión de asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania, quedando Ramala como islote palestino en un océano de colonias israelíes donde languidecerá un Abbas devenido en mero siervo de Israel.
¿Provocarán los ultraortodoxos nuevas elecciones en Junio?
Los haredim tan sólo representan el 14% de la sociedad israelí pero serían un Estado dentro del Estado que intentan fagocitar todas las áreas sensibles del poder del Estado judío (Interior, Vivienda, el Mosad y los mandos del Tzáhal o Ejército judío) e imponer la Halajá o ley judía a más del 43% de población que se declara laica, de lo que sería paradigma el hecho de que el Estado israelí no permite el matrimonio civil.
Los ultraortodoxos judíos serían una casta ociosa (6 de cada 10 no trabaja y se dedican al estudio del Torá) que gozaría de prebendas y privilegios y que tendría a la población laica como siervos para sufragar su manutención, sanidad y educación así como la defensa de las fronteras de Israel al estar exentos de cumplir el servicio militar según la Ley aprobada por Ben Gurión en 1948.
Netanyahu presionado por los dos grandes partidos ultraortodoxos, Shass y Judaísmo Unido de la Torá, procedió a congelar una serie de reformas emprendidas por Lapid sobre recortes económicos entre la comunidad ultra ortodoxa, modificar las reformas en las leyes de conversión y la ley de enrolamiento universal, que por primera vez forzaba a cerca de 66.000 jóvenes ultra ortodoxos de entre 18 y 26 años a entrar en el Ejército, debido a la ola de protestas sociales de una clase media que se quejaba de los exagerados privilegios que éstos recibían a pesar de no contribuir “ ni a las arcas públicas ni al «peso» de la seguridad nacional, pues los ultraortodoxos estarían exentos de cumplir el servicio militar pero la ley que permite esta exención fue anulada en 2012 por la Corte Suprema.
Así, según un sondeo reciente, el 70% de la población judía considera que los ultraortodoxos deben aportar a la seguridad del país y hacer el servicio militar durante la guerra de Israel en Gaza, por lo que la previsible entrada en vigor en Mayo de dicha Ley de enrolamiento obligatorio, forzará a a los dos grandes partidos ultraortodoxos, Shass y Judaísmo Unido de la Torá, que se oponen ferozmente al reclutamiento de judíos ultraortodoxos, a abandonar el Gobierno de Coalición y a convocar nueva elecciones.
Dado el incremento de la desafección de la sociedad israelí respecto a Netanyahu debido a su nefasta gestión de la crisis con Hamas y a su nulo interés por rescatar con vida a los rehenes judíos, según los últimos sondeos el Likud de Netanyahu seria apeado del Poder no siendo descartable la conformación de un Gobierno de Salvación, cuya tarea primordial sería reeditar los Acuerdos de Oslo que posibiliten la coexistencia pacífica de Dos pueblos en Dos Estados.Mientras, Netanyahu, un político nefasto que intentó dar un golpe de mano autocrático para posteriormente instaurar un régimen Presidencialista, podría enfrentarse a un juicio penal en el que será acusado de negligencia y crímenes contra los Derechos Humanos, lo que podría suponer una condena penal y su salida definitiva del escenario político israelí
¿Guerra contra Irán?
La invasión de Gaza por Israel sería tan sólo la punta del iceberg de un acuerdo secreto alcanzado entre Biden y Netanyahu en su esfuerzo por evitar la celebración de nuevas Elecciones en las que se antoja claros perdedores.Según dicho Plan, Israel y EEUU procederán a la desestabilización del Líbano e Irán por métodos expeditivos, lo que se traduciría en el inicio de un gran conflicto regional que marcará el devenir de la zona en los próximos años y que sería la tabla de salvación para Biden al suspenderse las previstas Elecciones de Noviembre en EEUU y para Netanyahu quien lograría esquivar los juicios pendientes y la posible acusación de crímenes de lesa humanidad contra la población gazatí.
En este contexto, se encuadra el reciente ataque israelí al consulado iraní en Damasco que habría provocado según la agencia siria SANA la muerte de tres altos comandantes de la Guardia Revolucionaría Iraní, entre los que se encontraría el General de Brigada Mohamed Reda al Zahedi aunado con los últimos atentados en el Líbano contra dirigentes de Hamas, que serían el cebo israelí para provocar la entrada en conflicto de Hezbola e Irán.
Así, aprovechando que Rusia está ocupada con Ucrania, China rodeada por el arco de crisis nuclear del AUKUS para proteger a Taiwán y que las reservas estratégica de EEUU están en máximo, Biden se serviría de un inicial ataque sorpresa de Israel a Irán para iniciar una nueva Guerra en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y de remontar su índice de popularidad para ser reelegido en las futuras Elecciones Presidenciales del 2024.
Dicho conflicto podría involucrar a las tres superpotencias (EEUU, China y Rusia) contando como colabores necesarios a las potencias regionales (Israel, Siria, Egipto, Jordania, Irak, Arabia Saudí e Irán) y abarcaría el espacio geográfico que se extiende desde el arco mediterráneo (Israel, Siria y Líbano) hasta Yemen y Somalia con el objetivo confeso de diseñar la cartografía del Nuevo Oriente Medio favorable a los intereses geopolíticos de EE.UU., Gran Bretaña e Israel.