Vida con estilo

El cacao, verdadero rubro bandera de Venezuela

Una Mesa nutrida de lo más notable de los productores, consumidores, comercializadores, conocedores y estudiosos del cacao venezolano es el marco perfecto para adentrarse en el fascinante mundo de esta singular semilla, cuya historia data de 1607, cuando salió desde el Puerto de la Guaira el primer barco cargado con semillas de la Capitanía General de Venezuela rumbo a España y México. Desde entonces, este fruto tropical autóctono no ha dejado de cautivar al planeta.

Jorge Redmond, presidente de Chocolates El Rey, cuenta que el primer cacao del mundo fue el Guasare, y que de allí se desprenden todos los demás que han surgido. Señaló que lamentablemente, el cacao es un producto que se ha abandonado en el país. “Los venezolanos nos hemos criado con la idea de que tenemos el mejor cacao del mundo, pero también tenemos la peor productividad: producimos 200 kg por hectárea en promedio, cuando otros países a nuestro alrededor, inclusive en África producen entre 800 y 1500 kilos por hectárea. Hay técnicas desarrolladas, incluso aquí en Venezuela, que demuestran que podemos producir de 2 mil a 4 mil kilos por hectárea”.

Las razones por las cuales se da este resultado son múltiples. Sin embargo, Redmond las resume en tres: “a partir de 1918, con el descubrimiento del petróleo, el gobierno abandonó la agricultura. Posteriormente, en el siglo XX hubo dos guerras mundiales que impidieron a Europa importar cacao, por lo que muchos productores venezolanos cortaron sus plantas y se dedicaron a cultivar otros rubros. Finalmente, durante el primer mandato del presidente Carlos Andrés Pérez, se creó el Fondo Nacional del Cacao, que tuvo el monopolio de su comercialización. Los precios regulados y la falta de incentivo terminó de acabar con el cacao en Venezuela».

Pese a que durante el segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez se liberó el precio del cacao con el objetivo de recuperar su producción, explicó Redmond que los esfuerzos no fueron suficientes debido a que otros países como Ecuador y Perú sacaron provecho de la situación venezolana y crearon alianzas con sus propios gobiernos, «cosa que aquí lamenteblemente no tenemos desde hace 15 años».

En este sentido, para María Fernanda Di Giacobbe, fundadora de Cacao de Origen, lo más importante para recuperar la producción del cacao es trabajar directamente con el productor y canalizar las necesidades que tiene para ayudarlo a sembrar, cosechar y trasladar la fruta tropical.

Di Giacobbe señaló que en el movimiento bean to bar —proceso artesanal que elabora chocolate a partir del cacao y el azúcar— «se ve una intención de crear estímulos en los cacaos originarios, en su investigación y en su preservación. Creemos que podría convertirse en un modelo de negocio que independiza a pequeños productores que tienen tan poco cacao que no lo venden a los mayoristas”.

José Vicente Franceschi, director de la casa chocolatera que lleva su nombre, hizo mención de la grave situación a la cual están expuestos los productores de cacao en la actualidad. «Haciendo la contabilidad de este año, sin cerrarla en septiembre, descubrimos que nos han robado 40% de nuestra producción en Paria. ¡El robo del cacao es espantoso! No hay manera de protegernos porque no hay cercas. Las plantaciones son abiertas y el precio del cacao es un incentivo para robar. Ha habido casos en los que personas armadas sacan a la gente de las plantaciones y se quedan con la cosecha”.

Certificación de origen

Por su parte, Kai Rosenberg, productor de cacao, mencionó que anteriormente trabajaba para una empresa chocolatera francesa reconocida que quería ofrecer al gobierno venezolano un subsidio de un millón de euros de la Comunidad Europea más la asistencia técnica del Instituto Francés de Control Origen -el más experimentado en esa materia- pero que fue imposible llegar a un acuerdo.

El experto expuso que para lograr una Certificación de Origen es indispensable la intervención del Estado y refirió que para ello se requiere un inventario «detallado y minucioso» de todas las unidades de producción. «De cada unidad hay que determinar su tamaño, el tipo genético que tiene el cacao y la producción posible, y todo eso debe tener análisis químico. Es una tarea titánica. Cuando lo tengamos debemos registrarlo internacionalmente y eso implica también la promesa venezolana de respetar las denominaciones de origen de los otros países”.

Chloé Doutre Roussel, experta en chocolate fino, señaló que desde la visión del cacao de Venezuela fuera del país, el cacao de Venezuela es el mejor del mundo, «pero Venezuela está desapareciendo del mapa de los chocolates finos. Está desapareciendo porque ya no se compra, y cuando por fin logra salir del país, la mayoría del tiempo no tiene la calidad adecuada y finalmente ha bajado la reputación y también su disponibilidad”.

Doutre Roussel enfatizó en que “no solo deben mejorar la productividad en cuanto a la fermentación, sino mantener a Venezuela presente en el mapa para que la gente siga hablando de la diversidad , y calidad del cacao y el chocolate de Venezuela. Deben crear una Denominación de Origen como se hizo para Chuao –no se sabe si se perdió- pero se necesita una entidad reguladora»

Por su parte, Ernesto González, Consultor académico del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior de América Latina y El Caribe y profesor de la Universidad Central de Venezuela, informó que en Venezuela actualmente solo existen tres denominaciones de origen: la del Ron, el Cocuy Pecayero y el Ají Dulce de la Isla de Margarita. «El gobierno venezolano ha cerrado todas las posibilidades de sacar una nueva denominación de origen”.

González trabaja en el tema educativo desde hace más de cinco años y junto con la profesora Eugenia Castillo, inició el pregrado de Antropología de los Sabores. Este año dictarán un Diplomado sobre Alimentación y Cultura con dos enfoques: Café y Cacao, para lo que reunieron a cerca de 30 profesores de diferente áreas. «El proceso educativo es importante, no solo dentro de las universidades, sino en las comunidades. En las escuelas de cocina poco se sabe del cacao».

Impulso a la producción

Chocolates Franceschi, Chocolates El Rey y otros en el rubro, implementaron recientemente una iniciativa llamada «30 x 5» —30 mil toneladas en 5 años— para aumentar los niveles de producción de cacao nacional.

Venezuela actualmente produce 15 mil toneladas de cacao promedio anual, lo que significa que existen más o menos 56 mil hectáreas sembradas de cacao en Venezuela que producen 200 kilos por hectáreas. «Si a cada hectárea de esas se le hace un pequeño estímulo, en menos de un año podríamos tener 400 kilos por hectárea», explicó Redmond. «El kilo de cacao costaba 25 bolívares hace año y medio y ahora cuesta 1.800. Si sobre esa base tomamos 10, 20 o 30 bolívares para ingresarlos al fondo se puede lograr la meta de las 30 mil toneladas incluso antes de los 5 años”, añadió.

Emilio Figueredo, editor de Analítica.com finalizó la Mesa con la sentencia de que recuperar el orgullo venezolano es lo que tenemos que sembrar.

 

 

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