sociedad
¿Cuáles serían para este autor las razones por la cuales los equilibrios naturales, desde los cuales explicó el orden social, no funcionan correctamente?
Adam Smith es un receptor directo de la tendencia científica newtoniana, que adapta a sus estudios de lo social. Así hace referencia a un mecanismo autorregulativo, que cumple su propósito estableciendo y restableciendo ciertos balances naturales, o en terminología moderna equilibrios, en una sociedad.
Muchas de las razones que según Smith pueden alterar el correcto funcionamiento de los equilibrios, como lo veremos a continuación, tienen que ver, de alguna manera, con los intentos de establecer, por parte de un individuo o grupo de autoridad controles o intervenciones. Puntualiza aspectos que al gobierno le corresponden como la administración de justicia, proveer la defensa nacional a la construcción de infraestructura comercial. Cada vez que estos individuos tratan, por la vía de la fuerza, de impedir el comportamiento de los personas se va a producir un malestar social. Es decir que, si la autoridad quiere cambiar el comportamiento de B en un sentido distinto al que el propio B quiere, entonces, debe obligarlo. Pero en general resalta la idea de una autoridad mínima o gobierno mínimo que manifiesta un cierto encantamiento por el orden establecido: lo que ocurre es bueno en sí mismo.
La simpatía es la propensión natural con la que Smith fundamenta su explicación de la génesis de las normas sociales expuesta en su “Teoría de los sentimientos morales” (1759). Al colocarse en el lugar del otro ( empatía) el individuo experimenta sentimientos de simpatía por aquellos sentimientos que motivan a la persona. El consenso sobre las actitudes de aprobación o desaprobación que existe en toda sociedad, están representados por los sentimientos morales del “espectador imparcial”, que tienen un carácter regulatorio.Pero que es natural, no lo impone un individuo o un grupo de individuos. Recalca Smith, que el gobierno no tiene la obligación de intervenir la moralidad social, porque no se puede obligar a nadie a ayudar y, por el contrario, se afectaría el equilibrio representado por los sentimientos morales del espectador imparcial.
El gobierno debe más bien enfocarse a aplicar la justicia, que para él es la más importante de las virtudes. Inclusive la utilización de la fuerza es aprobada por los hombres para mantener el cumplimiento de las reglas de la justicia, mas no de otras virtudes. Al magistrado civil se le confía el poder de conservar el orden público. Pero si no existe justicia, entonces , no funcionaría correctamente el equilibrio natural. Podría incluso, en este caso, significar la destrucción de la sociedad. Ya que sin justicia no se podría reprimir las tendencias del hombre a dañar a otros. Si no se preserva la vida de las personas peligra la sociedad.
Smith resalta que los gobiernos no deben aplicar la ley que sirva a sus propósitos, porque también se afectaría el equilibrio natural. Debe descubrir y aplicar lo ya establecido por los procesos naturales. En este sentido, Smith agrega que si se intenta transformar lo establecido en la ley natural es probable que pueda ignorar los mecanismos, no tan evidentes, sobre sentimientos morales que pueden lucir como aparentemente irregulares pero ser útiles para el sistema como un todo.
Otra posible razón que afecta el correcto funcionamiento de los equilibrios naturales alude a las reformas apresuradas y aquellas implementadas por espíritu partidista. En este sentido, advierte sobre la ignorancia de los gobernantes. Se siente escéptico sobre la capacidad de los políticos para actuar de manera sensata y procurar el bien común. Los políticos son “ ‘animales insidiosos’( Campbell,1981) (1) que intentan conseguir sólo su provecho político inmediato”.
En “La Riqueza de la Naciones” (1776), Smith explica en una sociedad en la que hay justicia la propensión natural a buscar el propio interés redunda en el beneficio de todos, como si actuara una “mano invisible” que maximizara el bienestar general. Nuevamente surge la idea de la intervención o control, que afectan el correcto funcionamiento del equilibrio natural del precio natural (este es el precio de cada mercancía sobre el que varían los precios reales bajo la influencia de los mecanismos del mercado). Explica que el gobierno no debe intentar vigilar y dirigir las actividades de las personas hacia las labores que considera más convenientes para el interés social. Agrega, en este sentido, que no existe un conocimiento o sabiduría humana que pueda determinarlo mejor que los propios individuos. Califica al intervensionismo mercantilista como inmoral – explica- afecta la justicia y hace que el propio interés sea contradictorio. “Casi todas las restricciones del comercio (internas y externas) derechos de monopolios y reglas ocupacionales que sean restrictivas deben suprimirse. Aquí se resalta también la idea de un gobierno mínimo que deje hacer a los individuos y permita que surja la libertad natural” (2)
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