Hedy Lamarr, la precursora del desnudo y del wi-fi

Hedy Lamarr, quien hoy cumpliría 101 años, se definía no sólo por  su carrera actoral, sino por ser una gran inventora: sentó las bases de la tecnología usada en las comunicaciones inalámbricas como el GPS y el wi-fi, por eso Google le dedica este lunes su doodle.

Hedwig Eva Maria Kiesler, su nombre de pila, fue considerada una de las mujeres más bellas de Hollywood y una destacada ingeniera en telecomunicaciones. La austríaca a los 19 años protagonizó Extasis de Gustav Machaty, en donde saltó a la fama por protagonizar el primer desnudo integral en el cine comercial y también por ser la primera en interpretar el primer orgasmo del séptimo arte.

Se dice que el director la engañó luego de prometerle que las cámaras la filmarían desde lo alto de una colina, obviando contarle el truco del teleobjetivo. El hecho de que  la cinta fuera una de las primeras en hablar de una infidelidad cometida por una mujer, y que apareciese el rostro de Lamarr durante el orgasmo, fue lo que más causó revuelo en la época, provocando que fuera condenada por las Ligas de la decencia y por el papa Pío XI.

A partir del polémico filme, el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl -proveedor de municiones y aviones de combate a sus amigos Hitler y Mussolini- arregló con los padres de Hedy Lamarr un matrimonio de conveniencia y fue prometida en matrimonio en contra de su voluntad.

Mandl intentó celosamente destruir todos las copias y todo material relacionado con la cinta de su mujer, pero no tuvo éxito, por esto, fue encerrada en casa y sometida a un estricto control. Hedy tuvo que abandonar su incipiente carrera cinematográfica, y cualquier otro tipo de actividad que no fuera salir solo con él en cenas y viajes de negocio. Ella cuenta que tan solo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estaba a su lado.

Así Lamarr, desde niña considerada una prodigio en las matemáticas, vivió prácticamente como una esclava, pero aprovechó para profundizar sus estudios de ingeniería, obtener informaciones sobre la tecnología armamentística de la época de los clientes y proveedores de su marido y elaborar su plan de fuga.

En 1937 con ayuda de su asistenta, con la que mantenía una relación sentimental, logró escapar por la ventana de un restaurante donde la esperaba un coche para huir a París. Perseguida por los guardaespaldas de su marido, llegó a Londres y  allí conoció a uno de los empresarios más reconocidos de Hollywood, con el que embarcó a Estados Unidos, en donde llegó a rodar cerca de 30 películas entre las que compartió cartel con figuras como Clark Gable, Lana Turner y Jimmy Stewart. Sansón y Dalila fue el film más destacado de su filmografía.

A pesar de haber reactivado su carrera cinematógrafica, y de sacar el jugo a los éxitos de Sanson y Dalila, Lamarr rechazó el papel protagónico de Casablanca, y se dedicó  a desarrollar su ingenio. Conoció al compositor George Antheil con el que desarrolló un sistema de comunicaciones secretas inspirado en un principio musical, que llegó a ser una versión inicial del salto de frecuencia que mezclaba la modulación de señales con el sistema de una pianola y que se utilizó más tarde para construir torpedos.

Este invento sentó las bases de la tecnología usada en las comunicaciones inalámbricas como el GPS, los teléfonos móviles o el wi-fi.

Sus conocimientos fueron cedidos por la actriz a las autoridades de los Estados Unidos años más tarde. La patente fue utilizada por el gobierno estadounidense por primera vez en la crisis de los misiles de Cuba, y no fue hasta la década de 1980, cuando el sistema vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.

En la patente del 11 de agosto de 1942 puede leerse la inscripción H. K. Markey et al.. Las iniciales H. K. son las de Hedwig Kiesler (Hedy Lamarr); Markey era su apellido de casada en ese momento.

El hecho de que sus patentes fueran concedidas con el nombre de casada y no por el nombre artístico impidió que su contribución recibiera el debido reconocimiento en su momento.

Su labor como inventora fue reconocida después de su muerte, el 19 de enero de 2000, y desde 2005, cada 9 de noviembre, se celebra el día del inventor en su honor.

Con información de lanacion.com.ar y lavozdegalicia.es