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Venezuela, preguntas esenciales

A mi maestra Marienbad Belugheilig y a mis hijos.

Probablemente todas las respuestas que se han dado, se dan y darán sobre la conducta del hombre, en su amplio sentido, no han encontrado ni se hallarán las respuestas universalmente satisfactorias ni suficientemente acabadas. La psicología, el psicoanálisis, la sociología, antropología, etc., en ese empeño, han invertido lo mejor de sí todas y en todas sus tendencias, escuelas, etc. habiéndose logrado importantísimos aportes, pero que el propio desarrollo de estas ciencias, disciplinas, han evidenciado sus limitaciones, incoherencias, inexactitudes y severos equívocos. Desde luego que las definiciones religiosas, de manera especial las abrahámicas mas cercanas a mí son bellas, pero si el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, la conducta del hombre pone en evidencia que Dios o bien se equivocó en el “diseño” dados los resultaos o bien dios es un ser imperfecto y buenas razones tendrían mas bien quienes hacen a dios a imagen y semejanza de los hombres, de lo cual Jenòfanes hizo su bella sátira. La filosofía ha sido lo suficientemente astuta para no haber hecho de la conducta humana su núcleo y prefirió amar la sabiduría, darle vueltas y mas vueltas al Ser, a las cosas, al pensar, la nada, valores, ética, conocimiento, estética…

No debemos alarmarnos por eso de las respuestas fallidas, porque tampoco aun cuando con más éxito, las ciencias como la matemática, la física, la química, biología, etc. en ellas mismas y en sus expresiones mas importantes como la medicina, la astrofísica, etc., tampoco pueden satisfacerse y menos vanagloriarse de la completitud y exactitud de sus respuestas; para dar un sencillo ejemplo, la física de estos días, quiero decir desde Einstein para poner una referencia interna, quiere hallar una teoría tan completa en sí misma que sea única para todas su expresiones y, segundo, que su referencia sea de tal magnitud que permitiese conclusiones únicas y, por el contrario, estamos en presencia de tres teoría, la relatividad, la cuántica, la teoría de las cuerdas, a las cuales ni siquiera la música ha podido cumplir la posibilidad de unirlas y, por otra parte, cada día mientras mas se conoce, más preguntas brotan, como la mala hierva pero que en el caso, es tan buena que permiten acercarse cada vez no a la última pregunta y menos a la última respuesta, sino a hacerlas mejores cada vez, tarea tanto complicada que en lo cotidiano es análoga con el deseo de comprender a la mujer. Sea esta no una desviación ni un halo de poeta, solo que la belleza de la mujer incorpora una mayor complejidad a las preguntas que nos formulamos sobre la especie y de la especie humana, ella es la mas privilegiada, nadie sabe qué es, es poesía.

Nadie podrá explicar con cierta propiedad el fratricidio de Abel, ni menos se podrá explicar las acciones de incesto, generada por las hijas de Lot con su padre. Como hallar el porqué del frecuente degollamiento de niños, asesinar o propiciar el asesinato de Uría para poder quitarle a su mujer, y vamos a saltos, para mejor ver, las inquisiciones, Hitler, Kim In Sung, Fidel, Chávez,   el marcado privilegio de la madres a uno de sus hijos, suele ser la oveja negra, y los 24000 asesinados al año y sus 24000 asesinos que mueren y viven en Venezuela? Por ahí andarán las cosas como sin salida. No sigamos, Hic Rodas, hic salta! Solo que sí podríamos afirmar, siguiendo a García Márquez en el recibimiento de su Nobel, que Europa ha vivido muchas veces mas tiempos de guerra que de paz. De Vietnam podría decirse lo mismo. De Venezuela, casi nada queda por decir que sea distinto. Al lado de esto, desde luego, ha habido seres humanos creadores, cultores y hacedores la paz. La paz hay que construirla y, qué paradoja, suele ser conseguida por al guerra, y mantenida por guerras. De fondo, sobre toda esa superficie tan abrumadora y embarazosa, existe y se mueven otras relaciones del hombre, esclavo/amo. Siervo/señor. Victima/ verdugo…obediente/rebelde. Y unas aun más complejas de valoración, a manera de ejemplo, por qué el ser humano es capaz de asesinar, de preparar su crimen y, en fin, haber inventado la fuerza para defender la libertad. La carrera armamentística se formula y justifica sobre una vil falacia, me armo para defenderme de los demás. Y obvio, lo real es, me armo para poder vencer a los demás y la argucia es reciproca. Pero hay seres sublimes, buenos, bellos.

Intentemos mirar más allá de la superficie. He creído desde niño que el axioma lírico, moral de que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe, es una falacia “romántica” de J. Rousseau, marcada por el peso ideológico de la creación bíblica. La cualidad de maldad no es atribuible a dios sino a su creación nefasta, Satanás; creer que la “maldad” humana, el egoísmo como salvador o preservador de sí mismo es componente genético, pudiera ser recusada de ser una condición (cualidad) ajena al ser humano. Hoy creo con algunos biólogos que la cosa es inversa, el hombre tiene cualidades ontogénicas que lo hacen ser como es, del mismo modo que se come, defeca, se excita, etc. como cualquier animal, que así bien sea. Hay especies de monos cuyos actos sexuales harían ruborizar Mesalina y acomplejar por su ignorancia en poses y caricias a la bella Escila.

Y como sabemos, entre simios, felinos, equinos, hay un jefe, cuyo mandato desaparece con la muerte o es sustituido por un poder mayor que él o, se retira, cosas de la vejez entre otras, como debe hacer todo quien no puede mandar, imponer, gobernar, ser amado. No solo preservan a sus “esposas” en su rebaño impidiendo intrusos y adulterios sino que establecen controles, evalúan y castigan las relaciones y “pecados” que se cometen en los rebaños, con la misma severidad y elegancia, a veces mayor, que la puesta en escena entre los grandes jedes de las tribus humanas conocidas. De allí, de ese estadio, la especie humana ha salido porque ha creado la cultura y ésta ha puesto límites a lo congénito, a lo animal, y lo ha convertido en herencia también, por lo cual nadie ha de sentirse ofendido. Todas las leyes se han hecho para regular, no para permitir, para poner normas, mandatos a las relaciones humanes entre sí y los demás, entre estados y estados, estas últimas más sofisticadas que las que se viven entre tribu y tribu. Vamos a los mandatos bíblicos por vetustos, sencillos, resumidos, ama a dios, a ti mismo, imperativa su forma verbal y ello porque por las buenas no lo hacemos, no cometas adulterio, no robarás, no mentirás, etc. de haber sido el hombre bueno por creación, por nacimiento, por definición, jamás habría requerido leyes que impongan modos de conducta culturalmente creada, elaborada y tanto más se perfecciona cuanto más ha crecido el individuo y la sociedad en cultura, en arte, ciencia, conocimiento, filosofía.

Demos otro salto, inmenso, las forma de gobierno han llegado a donde están por evolución y desarrollo de la cultura, de los modelos esclavistas, autoritarios, dictaduras a las democracias. Y estas son mas acabadas en la medida en que mas consciencia crítica vive y ejerce el individuo y la sociedad. Ahora retrocedamos un poco, la cultura alemana, la de abajo, era francamente muy débil y por eso fue presa de un liderazgo que, por una parte se identificaba en su ser y hacer con el “pueblo”, sus mitos, y por la otra, cultivó con habilidad magistral un “instinto”, una propiedad congénita en el ser humano, el Odio. El odio crece por muchas cosas, pero la más común, que surge casi por espontaneidad, es la de creer que el Otro tiene la responsabilidad de nuestras desgracias, de nuestras frustraciones.   Vale para todo, para lo cada individuo, como para el conjunto, pues, ésta es otra de estas expresiones verificadas, es muy sencillo unir a través o por intermedio del odio, que por amor. Permítanme aquí un ejemplo. Cristo da la propuesta de redención y salvación humana por el amor, a través del amor y este como expresión de consciencia de lo que debo entregar y bien hacer. Conocer la verdad nos hace libres, le faltó completar la excepcional sentencia, si y solo si la hacemos praxis individual y social. Pero, dados los hechos, digamos que fracasó o que, al menos, no ha tenido el éxito deseado en esos más de 2000!!! Años. Por cierto no ha huido ni exiliado, renunciado a su propósito. Nunca se evade. Sigue su compromiso.

La interrogante siempre será una cuya respuesta sirve para que las ideologías de la igualdad, justicia, etc. se mantengan e incluso desarrollen. ¿Por qué unos se hacen con el poder y otros no? ¿Por qué unos se hacen con la sabiduría y otros no? ¿Por qué unos son ricos y otros pobres? Responder diciendo que unos son más inteligentes que otros, lo cual es verdad, no es satisfactorio y quizá se esté muy lejos de la verdad refugiarnos en eso. Sin duda que Hitler era menos culto, inteligente (creo) que Bertol Brecht. Y no dudo que Petkoff es un año luz más inteligente que Diosdado. Usted mismo lo puede medir y verá que quedé muy tímido. Y entones, por qué no es Teodoro el presidente y Maduro, claro, no podría ser el jefe de Tal Cual… En modo alguno esta relación es calificación o descalificación a ninguno de ellos, solo que ser director de Tal Cual demanda un tipo de “pertrechos” que no tiene Nicolás, en cambio es la descripción real de quien tiene o no tiene el poder. Y no es que Teodoro sea desposeído, tiene mucho poder moral, ético, científico, político, pero Maduro, Diosdado tienen armas, banco central, etc. y seguidores, estos creen a sus mitos, en su ídolo, los de Teodoro, simplemente son incrédulos, es decir, les gusta verificar, comprobar, conocer. Y aquí está el quid… La cuestión es quien tiene el Poder, tal cual genialmente lo estudió Lewis Carrol, en Alicia en el País de las maravillas.

El poder sabe, quiero decir quienes lo ejercen, que si se quiere mantener el poder autárquico, hegemónico, en unas manos únicas, entonces, el de abajo, tiene que ser miserable, en el mas puro sentido de ser feliz en la miseria y se recree con el hambre porque la asume como sacrificio para la revolución, la salvación y entendido, además, como castigo Otro y ello requiere, absolutamente, como su condición necesaria que la conciencia sea sustituida por el dogma, el fundamentalismo, la imbecilidad. El vacío en lugar del pensamiento.  Y en este juego, el dictador, sus secuaces son privilegiados, disponen de todo, menos de una sola “cosa” la libertad. Del mismo modo que si se quiere mantener, desarrollar y profundizar la democracia se tiene que desarrollar en grado sumo y crítico la consciencia. Como conocimiento y tolerancia, que a fin de cuentas son reciprocas. Todo fundamentalista es necesaria e inequívocamente intolerante, del mismo modo que todo dictador además de fundamentalista, tiene y vive el placer del sádico, es decir, la felicidad de hacer mal a todo quien lo niega, vale decir, todo dictador alimenta y alienta su odio con el miedo al otro. Es su masoquismo, Ledezma, Leopoldo, los estudiantes, los otros, están presos no porque hayan delinquido sino porque es el único espacio donde Maduro y su CIA tienen menos miedo. Hitler persiguió a comunistas, judíos, mucho más que por ser comunistas, judíos, porque les temía, tenía exacerbado miedo a la verdad, tenía terror a la libertad. Lo mismo fue en la Inquisición y lo mismo es Corea del Norte.

Tenemos, pues, un conjunto de gente religada por el miedo, amamantada por el odio que se cultiva con el desprecio al otro, a la vida, pero también a sí mismo y ese odio hacia sí mismo se traduce en su incapacidad para su propio cultivo, su propio reconocimiento. Obsérvese, Maduro es hijo de Chávez y quiere emularlo no como su ser en sí, sino como el ser Chávez; el miembro del colectivo, no es él por él sino por el peso del colectivo, tal como el Pran lo es no solo por su insania mental sino por el cohonestamiento que tiene la violencia en el ejercicio de gobernar el régimen, de ejercer su poder y su afán de mantenerse en él, es decir, el miedo de perderlo.

¿Podemos resolver este grave problema? Me atrevo a asegurar que el único medio ético es la palabra que traduce, expresa, la verdad. En torno a la verdad la organización crítica y la visión crítica de la cualidad humana para el ejercicio del poder. El hombre nace “feo” la cultura lo hace con la ciencia reconocerse como es, con el arte saber qué es. El arte ha hecho humano al hombre. La política con fundamento científico y orientación ética hacen posible humanizar el poder. El poder lo hace bestia, limitemos sus garras y sus fauces.

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