Uribana, una tragedia nacional
La indiferencia manifiesta de la opinión pública frente a lo ocurrido en la cárcel de Uribana es un mal síntoma de la anestesia moral que nos embarga.
Qué se trate de presos no les resta la condición de seres humanos y por ende no es concebible ser indiferentes ante la muerte de casi 50 personas, así la versión oficial sea un presunto suicidio colectivo.
Es peligroso que por causa de una criminalidad desatada se llegue a admitir como eventual solución, la ley del Talión. No se resuelve el problema convirtiendo a los reclusos de victimarios a víctimas.
El aumento exponencial de la criminalidad en estos últimos 16 años es responsabilidad directa de un régimen que ha destruido la institucionalidad existente y no ha sabido o no ha querido reemplazarla por nuevas instituciones que aseguren un orden moral, socialmente justo y eficiente.
Lo de Uribana es una muestra de cuan bajo ha caído en nuestro país el respeto a los derechos humanos y lamentablemente también de la incapacidad de la sociedad de indignarse ante estos atroces hechos.
¿Será que los venezolanos vamos a soportar cualquier abuso y permaneceremos de brazos cruzados como vive el pueblo cubano? ¿O lo nuestro es terror inoculado por el régimen chavista? En todo caso, como pueblo, devemos dar verguenza, por nuestra incapacidad de respuesta frente a tanta arbitrariedad.
Aunque se ha ido mucha gente, tantos presentes tenemos el agravante que no sentimos apoyo de los mlitares y fuerzas de seguridad, que han agredido brutalmente en todo el país a jóvenes y a otros de todas edades.
En otros países ha ocurrido lo mismo y se han librado de dictaduras. Esperemos lograrlo también porque nada es imposible.
Lo que realmente le preocupa al ciudadano común y corriente es ver como el gobierno habla y actúa como si aquí no pasara nada.Y es que uno tiene que »arrecharse» necesariamente cuando ve y escucha con una sonrisa de »bobolongo» al señor presidente describiendo unas realidades de ficción basadas en unas virtudes de una presunta revolución que no existe. No hay una sola esfera de la vida cotidiana donde uno pueda afirmar que algo – cualquier cosa de la que se trate -, funciona adecuadamente. No puede ser, que hasta comprar un kilogramo de café , por poner un simple ejemplo, se haya transformado en una aventura al tener que peregrinar de un sitio a otro para conseguirlo ; o, el venir unos días a mi ciudad y encontrarla convertida en un basurero a cielo abierto ; o, que los proveedores de todo tipo de bienes y servicios se tomaron vacaciones colectivas anticipadas hasta finales de Enero y no garantizan que veamos de nuevo tal o cual producto. Hasta conseguir un simple dólar se ha convertido en un asunto de ´´vida o muerte´´, pues si lo consigues es a un precio infartante… ¡ Esto no puede ser !, y resulta intolerable que continuemos viviendo no como ciudadanos, sino como infrahumanos.
Claro es que esa cuestión del ´´suicidio colectivo´´ es puro invento, un cuento chino para salir del paso frente a tanta indolencia e incapacidad por parte de las autoridades a los cuales hace rato se les escapó de las manos el control de las prisiones y los prisioneros . Al final se descubrirá que se trata de un ajuste de cuentas, guerras entre bandas por el control de la distribución de armas y drogas dentro de los penales ; y muy al final, en pocas semanas nadie se acordará de tamaña desgracia. Este país tiene una memoria muy elástica cuando le conviene. Y es que los venezolanos, no es que seamos ´´malos´´, es que tenemos tan graves problemas que en el orden de las prioridades no es nuestra principal preocupación el ocuparnos de ese asunto. El ciudadano de lo que sí está muy consciente es que el asunto de los derechos humanos nunca ha sido algo que le quite el sueño a nuestros gobernantes aunque salive afirmando lo contrario.
Entre la encuesta de Datanalisis ; el precio en caída libre del barril petrolero ; las marchas y contramarchas para eso de que ´´Venezuela se respeta´´; la desilusión de las bases chavistas y sus elevados niveles de abstención en las recientes internas ; el desempleo ; la inflación ; la inseguridad ; el desabastecimiento y la escasez ; la corrupción generalizada y una pobreza que expande el hambre exponencialmente cada día que pasa ; más, quedar nuestros gobernantes como el ´´Rey desnudo´´ porque arruinaron el país y ahora pretenden que la carga de las penurias caigan sobre las espaldas del pueblo mientras ellos continúan con sus desenfrenos y locuras, gozando groseramente de unos privilegios que no se merecen. Eso es intolerable, inaceptable e inadmisible : Se tienen que largar y entre mas pronto mejor. ¿ Quiénes han sido los insensibles e indolentes, ellos o nosotros ?…